Evangelio martes 8 de febrero

Lunes 7 de febrero de 2022 | Juan Francisco Bravo

8 DE FEBRERO DEL 2022
Evangelio según San Marcos capítulo 7, 1 - 13
Martes de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?". El les respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres". Y les decía: "Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte. En cambio, ustedes afirman: 'Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán - es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte...'
En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre. Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!".

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios por seguir la tradición de los hombres

Jesús me dice: "Tiendes a ver este texto como una advertencia para tus hermanos. Como si tú no tuvieras dimensiones farisaicas, como si tú estuvieras por sobre el resto. Y no es así. Tú también actúas como fariseo. Tú también te pones por sobre el resto y traicionas el mandamiento de Dios por seguir la tradición de los hombres e, incluso, lo impones por sobre tus hermanos. Dices: "Haz esto, pero no esto otro. Reza así, y no reces asá." ¡Date cuenta de lo que haces!"

Ante esta meditación, me siento llamado a buscar los mandamientos del corazón de mi Padre, que son mandamientos de amor y de respeto. Me preocupa lo que otros podrían decir de mí. Ante algunos, me siento incómodo por llevar una vida interior que se aleja cada vez más de la ortodoxia. Ante otros, me siento incómodo por reconocer a Jesús y a la iglesia católica como el centro y la base de mi espiritualidad. Hoy día siento que, si bien Jesús me llama a honrar a mi Padre con los labios, también me invita a que el esfuerzo principal sea la oración del corazón.

Jesús, llena mi corazón del Espíritu Santo. Acompáñame en mi camino espiritual para que pueda ser fiel a los mandamientos de tu corazón y pueda discernir sanamente cómo seguir la tradición de mis ancestros. Que pueda apoyarme en lo que me eleva hacia ti. Que pueda dispensar de aquello que me hace repetir patrones que no ayudan a que yo crezca o a que mis hermanos estén más cerca de ti. Dame claridad y disciplina para ser fiel a lo que creo, a lo que soy, a lo que siento y a Ti.

AMÉN.

 

 

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