Evangelio miércoles 12 de junio

Martes 11 de junio de 2019 | Ignacio Torres Karmy

12 de JUNIO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 5, 17 - 19

Miércoles de la Décima Semana del Tiempo de Pascua

 

Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.

 

Meditación Ignacio Torres Karmy

 

“No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.”

 

Jesús pareciera decirme: el sentido de la ley no es otro que amar al Señor tu Dios y tu prójimo como Yo te he amado a ti. Cumplir y enseñar mi ley, no es más que lanzarse a la gran aventura de olvidarse de uno mismo y descubrir la realidad del otro, que está junto a ti; con su historia, con sus alegrías, dolores y esperanzas. Déjate conducir por mi ley, porque en la medida que vivas en plenitud, sin darte cuenta, otros atenderán tus propias necesidades y tendrás paz  grande en el corazón.

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El evangelio de hoy me habla de cumplir la ley, en un Jesús que pareciera olvidarse de la misericordia, y observa al extremo su complimiento. Pero, ¿cuál es la ley del Señor y del Jesús del Evangelio? Es la ley del amor misericordioso. Jesús me invita a abrirme a la libertad, a la entrega de mi mismo a los demás, siguiendo su ejemplo y vida. Me quiere libre, y no seguir una detallada lista de preceptos, orientados a un cumplir un “instructivo”, pensando en la salvación. Ese será el menor en el Reino de los Cielos.

 

Señor mío y Dios mío, te alabo con todo mi corazón porque me has invitado a desplegar todas mis fuerzas en comprender y amar a los demás. Sin embargo, Jesús mío te quiero decir que al mundo de hoy no le interesa amar y comprender a los demás, ni menos amarlos como tu los amas. Todos buscan egoístamente sus propios beneficios, ganando bienes y poder. Señor, me cuesta mantenerme firme en los tiempos que me has invitado a vivir, porque también soy presa de todo ello. Te entrego hoy lo que soy y lo que tengo, ayúdame pues Amado Jesús, en mi debilidad a seguir tu mandato de amor. AMÉN. 

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