Evangelio miércoles 14 de agosto

14 de AGOSTO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 18, 15 - 20

Miércoles de la Décimo Novena Semana del Tiempo Ordinario

San Maximiliano María Kolbe, Presbítero y Mártir. Memoria obligatoria

Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Meditación Ignacio Torres Karmy

"Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano."

Jesús pareciera decirme: Preocúpate querido amigo de no perder nunca el contacto personal con cada persona. Acércate, proponte conocerla y comprenderla con todo tu corazón, así la amarás y perdonarás en todo momento. Sé misericordioso, ponte siempre en el lugar de cada persona, y en el espíritu examina su falta. No sabes la pena y el dolor para una persona cuando injustamente la enjuician públicamente, en redes sociales. No denigres al hombre, y su humanidad.

El evangelio de hoy, me invita a preguntarme en como enjuiciamos a las personas, a veces influidos por un comentario social, distante e injusto. Cuántas veces he opinado sobre alguna persona sin conocerla. El Señor me llama a vincularme profundamente a cada persona que me pone en el camino, a humanizar las relaciones, a descubrir el valor de cada persona como reflejo del rostro de Cristo, amado por el mismo Señor. En cada ser humano que me encuentre, es Jesús que me interpela para amarlo y servirlo.

Amadísimo Jesús, sé que estás presente en cada persona, pero te confieso que me cuesta mucho detenerme y darme el tiempo para conocer a mi prójimo. Cuánto más podría conocerte y amarte, si logrará hacer vida esa máxima. Reconocerte Señor en mi hermano, así como se parte y reparte el pan, tan presente, tan necesario. Y avanzar en perdonar cada día más, en forma íntima y personal; así como Tú Señor me perdonas. Perdón, fruto de tu amor misericordioso.

AMÉN