Evangelio miércoles 18 de noviembre

Miércoles 18 de noviembre de 2020 | Osvaldo Andrés Iturriaga

18 de NOVIEMBRE del 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 14 22 - 33,

Miércoles de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!» Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.» Él le dijo: «Ven.»
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.» En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.»

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.»"

Siento como si el Señor me dijera: "¿Por qué tienes miedo? ¿Por qué dudas, si sabes que voy contigo? Es cierto que la tormenta puede verse oscura, interminable, invencible, y que puede terminar por ahogarte. Pero yo tengo más poder que eso, yo camino sobre el agua; sabes bien que sólo debes aferrarte a mí y saldrás de esto. No sólo eso: si realmente crees en mí, si permaneces unido a mí, ambos caminaremos juntos sobre las aguas que parecían ahogarte".

En este último año de tanta incertidumbre, me he sorprendido muchas veces reclamando "hasta cuándo", otras veces simplemente llenándome de desánimo, por no poder ver una luz al final del túnel. Tengo que confiar en que Él es más grande que la peor de las tormentas; que Él siempre está a mi lado, que me invita a tener fe, recordándome cómo en mi propia vida he visto que en momentos en que el mundo parezca derrumbarse alrededor mío, Él siempre estuvo ahí, tendiéndome su mano salvadora.

Querido Señor, soy tan duro de cabeza. Pese a que he experimentado tu presencia salvadora en momentos críticos de mi vida, con el tiempo lo olvido y como Pedro, vuelvo a dudar y desconfiar. Ayúdame a permanecer cerca de ti siempre, sabiendo que quien se aleja soy yo y no Tú, que estás siempre llamándome y esperándome. Querida Mater, en este mes especialmente llévame de la mano para permanecer anclado en Cristo, confiado en que Él es quien guía mis pasos, aunque muchas veces no entienda hacia dónde voy.

AMÉN

Comentarios
Total comentarios: 1
18/11/2020 - 11:35:31  
No corresponde al evangelio que toda la iglesia catolica lee hoy miercoles 18 de noviembre.

Amalia
Las condes
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