Evangelio miércoles 30 de agosto

Miércoles 30 de agosto de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

30 de agosto del 2023

Evangelio según San Mateo capítulo 13, 44– 46

Miércoles de la vigésima primera semana del Tiempo Ordinario

Fiesta de Santa Rosa de Lima, virgen y Patrona de América Latina

Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."

Siento como si el Señor me dijera "si alguna vez experimentas ese deseo irrefrenable de dejar lo que estás haciendo, o una sensación de plenitud que te hace decir - como los discípulos en la Transfiguración - "qué bien estamos aquí", es porque tal vez has podido vislumbrar algo del Reino de Dios. Este Reino es mucho más grande que cualquier cosa que puedas concebir que crees que te dará seguridad o alegría; es la vida de verdad que el Padre promete a quienes siguen su voluntad. Si logras vislumbrar el Reino, no lo ignores: búscalo".
El Señor me ha regalado en mi vida distintos momentos en los que he sentido una alegría y una sensación de plenitud que no vienen de mí. Creo que, sin excepción, han sido momentos en los que de maneras y en contextos muy distintos, he podido entregar mi amor, trabajo o esfuerzo a otros. Sin embargo, en mi vida diaria me cuesta mucho salir de mi comodidad, y prefiero quedarme en mis propias zonas de confort, evitando justamente el entregarme a otros. Hoy el Señor me recuerda que mi tesoro y mi perla fina está justamente en el crear su Reino en el mundo, y en nada más.
Querido Señor, seguirte a veces parece algo tan sencillo, y al mismo tiempo tan contra intuitivo. Todo lo que veo a mi alrededor me invita a trabajar por mí, por mi propio bienestar, por mi propio desarrollo personal, poniéndome a mí en el centro de todo. Enséñame a ponerte a ti en el centro, que Tú seas esa perla fina que me haga darme cuenta de lo accesorio y banal que es todo lo que me parece tan importante. Regálame tener un corazón dispuesto a salir de mí, y abierto a encontrar esa perla que es más valiosa que todos los tesoros terrenales que pueda acumular.

AMÉN

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