Evangelio miércoles 30 de junio

Miércoles 30 de junio de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

30 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 8, 28 - 34

Miércoles de la Décimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gerasenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara".
El les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Los demonios suplicaron a Jesús"

Siento que el Señor me dice: "¡No tengas miedo! Ninguna fuerza en este mundo o en el otro prevalecerá ante el poder del Padre, que se manifiesta a través mío. Yo soy más poderoso que cualquier situación que te atormente; Yo, que infundo temor en los demonios, puedo alejar de ti cualquier mal, cualquier pecado o esclavitud que tengas. Sólo tienes que pedírmelo y desearlo. El Padre permite que el demonio tiente, para probar la fuerza de la fe de Uds.

Muchas veces me quedo entre perplejo e impotente ante la maldad, la violencia o el egoísmo que veo en el mundo, y me pregunto dónde está Dios en todo esto. Me pregunto cómo cambiarían los demás si bajara Cristo e hiciera algún milagro, pero este Evangelio me recuerda que, al contrario, muchas personas echaron a Jesús al ver su poder. Y sobre todo, me recuerda que yo mismo he visto milagros en mi propia vida, y aun así olvido o ignoro esta acción del Señor en mi vida. Pero me da la esperanza de que Él es más poderoso que mis debilidades, que mis faltas, que todo eso que me quita libertad y me aleja de Dios.

Querido Señor Jesús, mi entendimiento e inteligencia tan humanos y limitados, nunca llegarán a comprender tu poder. Como tus discípulos, necesito escuchar muchas veces tu palabra para que ésta logre entrar un poco en mí. Pero sí sé que en muchos momentos de mi vida he sentido tu poder y tu fuerza actuando en mí, obrando pequeños milagros; sé también que cuando te he sentido ausente, es en realidad porque yo me he alejado y dejado de buscarte. Quiero estar cerca de ti para verte presente en mi vida diaria, y contemplar ese poder que derrama amor donde hay odio y que regala la fe en medio de las dudas.

AMÉN

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