Evangelio miércoles 9 de agosto

Martes 8 de agosto de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

9 de Agosto del 2023

Evangelio según Mateo capítulo 15, 21 - 28

Miércoles de la décimo octava semana del Tiempo Ordinario

Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio". Pero Él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos". Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel". Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: "¡Señor, socórreme!". Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros". Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!". Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y en ese momento su hija quedó curada.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"¡Qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!"

Siento como si el Señor me dijera "yo también soy capaz de conmoverme por el sufrimiento y la fe humanas. Aunque sientas que no te escucho o que no respondo, nunca dejes de rezar, de pedir mi ayuda. La Gracia que pides se te dará en el momento indicado, aunque en el momento tal vez no comprendas la espera o el "silencio" divino. Si mantienes tu fe firme, sabrás que te tengo en mi corazón y que quiero lo mejor para ti, incluso aunque ese deseo que tenías no se cumpla, o se cumpla de maneras distintas a las que esperabas". No desesperemos nunca del amor de Dios.
Siempre me ha llamado la atención este pasaje. ¿Es que Jesús estaba poniendo a prueba a la mujer? ¿O realmente la fe de la mujer era tan grande, que hizo a Jesús, el Hijo de Dios, cambiar de opinión? Esto me recuerda que en mi limitada razón es imposible comprender lo divino, que so
lo puedo vislumbrar destellos, que finalmente la fe exige una profunda apertura del corazón y de la mente al misterio de eso que por nuestros propios medios jamás podremos realmente aprehender. Pero que pese a todo esto, el Señor me recuerda que ese Dios insondable sí me escucha, sí me ama y sí actúa en mi vida si se lo pido.
Querido Señor, te doy gracias por todo lo que me das, por lo que me rodea cada día, por las maravillas que he podido conocer en cada lugar en que he estado, por esa Creación majestuosa que me habla de tu poder y de tu Amor infinito. Te pido que me des la humildad de corazón para que mi fe pueda crecer, que mi intelecto y mis ganas de entender todo no pongan límites, excusas ni reservas a esa acción del Espíritu que escapa a las lógicas humanas.

AMÉN

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