Evangelio miércoles 9 de junio

Martes 8 de junio de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

9 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 5, 17 - 19

Miércoles de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

No piensen que vine para abolir la Ley o los profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento."

Siento que el Señor me dice "es cierto que en algunos pasajes, las Escrituras pueden parecer confusas o hasta contradictorias. Yo no vine para cambiar esta Ley que el Padre fue revelando a través de la historia, sino que darle pleno cumplimiento a través de mi vida, mis palabras y mis acciones. Esta ley no es para esclavizarte, sino justamente para liberarte de aquello que no te impide realizarte en plenitud, de aquello que te encierra en ti mismo. Por eso, toda la ley se resume en el Amor: Ama a Dios sobre todas las cosas; ama a tu prójimo como a ti mismo.

En este tiempo tan complejo en nuestro país y en el mundo, en el cual tantas voces llaman con mensajes tan contrarios, me cuesta muchas veces saber realmente cuál es la voluntad de Dios; cuál es la Ley que estoy llamado a seguir cuando dos o más objetivos buenos parecen contraponerse. Creo que el Señor me invita a una conversión profunda, que no me conforme con "cumplir" una Ley porque sí, sino que preguntarme en mi corazón cuál es su sentido profundo, cuál es el llamado que me hace Dios en mi historia y en mi realidad. Y según eso, buscar actuar siempre como lo haría Jesús, mirando con sus ojos de amor.

Querido Señor Jesús, tantas veces me siento perdido entre las decisiones que debo tomar, tratando de buscar la voluntad del Padre, pero no me doy el tiempo realmente de contemplarte, de preguntarme qué harías en mi lugar, o de incluso dejarme sorprender por esa respuesta. Ayúdame a detenerme a mirarte siempre, para que mis acciones y decisiones sean lo más semejantes a lo que harías Tú, y así poder ser una presencia de tu Paz y tu Amor para quienes me rodean y quienes pongas en mi camino.

AMÉN

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