Evangelio sábado 19 de agosto

Sábado 19 de agosto de 2023 | Gonzalo Manzano

19 de Agosto del 2023

Evangelio según Mateo capítulo 19, 13 - 15

Sábado de la décimo novena semana del Tiempo Ordinario

Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: "Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a Mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos". Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"El Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos."

Jesús parece decirme: En verdad hay un dominio de los que son como niños sobre el Cielo. Cuando con el Padre quisimos que todo existiera, cuando los pensamos y los amamos, desde ese entonces, el Cielo es para ustedes. Nosotros no necesitamos del Cielo, porque el Cielo es la posibilidad que ustedes tienen para compartir y presenciar la Gloria de Dios. Los amamos mucho más allá de su muerte, porque queremos compartir con ustedes la Eternidad. El Padre es literalmente "padre", y ustedes son hijos de Dios, mis hermanos por la adopción en el Espíritu Santo. Y si eligen ser hijos, deben ser niños a los ojos de Dios.
El ser niño suele verse como inmadurez, comúnmente asociado a ignorancia e inocencia, la ingenuidad del que no entiende nada. Pero a medida que vamos madurando, esa inocencia es reemplazada por un poco de culpa adquirida luego de nuestros errores, y la ingenuidad se reduce en base a la experiencia y el conocimiento. Sin embargo, todo eso es efímero, un grano de arena en la playa de la Creación, comparado con Dios mismo, su infinitud, perfección y omnipotencia. No puedo dejar de ver a cualquier ser humano, pasado, presente o futuro, a excepción de Cristo, que no sea un pequeño e indefenso niño al lado de Dios.
Señor Jesús, este ser niño me lo pides desde hace mucho tiempo. Tengo claro que a veces me cuesta ceder y ser dócil a tu plan divino, y tarde me doy cuenta que estoy metido en el barro hasta el cuello. Haces que mi vida realmente sea más sencilla, porque de verdad no me dejas solo. Soy yo el que, teniéndote a mi lado, se gira hacia el otro, y comienza a caminar alejándome de Ti. Cuán torpe soy, si me pones en bandeja la oportunidad de alcanzar esa Vida Eterna, me lo dices constantemente en tu Evangelio, pero yo soy como terreno pedregoso, de raíz corta que se seca a la primera de dificultad. ¡Perdóname, Señor!

AMÉN

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