Evangelio sábado 20 de julio

Sábado 20 de julio de 2019 | Gonzalo Manzano

20 de JULIO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 12, 14 - 21

Sábado de la Décimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario

En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"No discutirá ni gritará"

Jesús parece decirme: Quien tiene la razón no grita ni se enfada, no hace escándalos ni se rebaja a pelear, porque sabe que tiene la razón. Yo no vine a combatir a quienes no creen en Mí, no vine a convencerlos a la fuerza, sino que sólo quiero que vean el verdadero amor que les traigo, y que ya les demostré con mi muerte. Mi batalla es con aquel que quiere que ustedes se pierdan para siempre, aquel que quiere hacer desaparecer sus almas. Por ustedes sólo tengo amor, y es gracias a ustedes que quienes no creen en Mí, pueden conocerme y experimentar ese mismo amor que ustedes disfrutan.

Esta lectura no se me hace tan conocida, pero está muy cargada de sentido. Cristo no me quiere gritando, ni haciendo aspavientos, ni quiere que lo defienda con cólera o malas formas. Me choca mucho y me molesta cuando quienes no creen ponen tantos prejuicios, y construyen sobre ellos verdades falsas; hoy Él me hace ver que eso no es lo importante, que esas supuestas verdades son efímeras y que no debo perder de vista el panorama grande, donde Él ya tiene asegurado triunfo. Veo que incluso Isaías es quien me pide tener paciencia y caridad.

Señor Jesús, no quiero que me veas faltando a esa caridad que me pides que tenga con mi prójimo. Quiero tener siempre presente esa visión de futuro para no desesperarme cuando otras personas incluso puedan faltarte el respeto. Por el contrario, me pides más caridad, y que sea yo quien te desagravia en nombre de estos pobres que no han logrado ver la verdad. Te pido de corazón que con tu Madre desde su Santuario, me eduques en esa caridad. Acógeme con ella y transforma mi corazón combativo, para que sean sus corazones bondadosos los que actúen a través de mí.

AMÉN

 

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