Evangelio sábado 23 de julio

Sábado 23 de julio de 2022 | Gonzalo Manzano

23 DE JULIO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 13, 24 - 30

Sábado de la Décimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Jesús propuso a la gente otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'.
El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. 'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue."

Jesús parece decirme: Hay quienes no ven que hay alguien que quiere que ustedes no estén conmigo. El mal es algo que no quiero para ustedes, pero debo tolerarlo porque los amo más a ustedes. El Demonio es real, y vive con ustedes tal como Yo lo hago, porque él quiere que ustedes no estén conmigo, y Yo busco compartir la Vida Eterna con ustedes. Él, envidioso, va por el mundo tentándolos, y sobre todo, poniendo en sus corazones una envidia que los hace ponerse unos contra otros. Los hace pensar que lo que el otro goza, ustedes no lo tienen, y siembra el odio y el dolor, cuando en verdad, a todos los bendigo con mi Amor.

Me cuesta mucho eliminar la cizaña de mi corazón. Son tantas las veces en que me sorprendo mirando con rencor alguna bendición que recibe otra persona, y no soy capaz de ver tanto amor, tantas bendiciones, todo el cariño que Él me regala. Esta miopía pareciera ser algo pequeño, porque usualmente es pasajera, pero va dejando un rastro, que termina enquistándose en mi corazón. Intento mucho, con oración y autoeducación, ir limpiando mi alma de este ripio, pero a veces es difícil, sobre todo porque veo a mi familia, y este rastro se agarra a mí, diciéndome que no es por mí que envidio, sino por los que dependen de mí.

Jesús, me duele el alma al ver que no soy capaz de salir adelante entre tanta mala onda. Yo mismo a veces la fomento, alimentando mis propias pequeñeces, cuando debiera estar siempre intentando salir al encuentro de mis hermanos, para regalarles alegrías, y construir juntos alegría en los los corazones. Quiero irradiar ese calorcito que me hiciste sentir en mi familia, con mi Primera Comunión, en mi Confirmación, en mi Alianza con tu Madre, cuando me regalaste mi Ideal Personal, cuando bendijiste mi Matrimonio y me diste a mis hijos. Han sido tantas bendiciones, que no tengo derecho a quejarme. ¡Gracias, Señor!

AMÉN

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