Evangelio sábado 24 de junio

Sábado 24 de junio de 2023 | Gonzalo Manzano

24 de Junio del 2023

Evangelio según San Lucas capítulo 1, 57 – 66.80

Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista.

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan". Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre". Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

Meditación de Gonzalo Manzano González

¿Qué llegará a ser este niño?

Jesús parece decirme: Juan fue un ejemplo, aquel heraldo enviado por mi Padre, bendiciendo a mi tía Isabel con su nacimiento. Era un hombre duro, preparado para decir y hacer la obra que el Padre le encomendó desde que fue concebido. El hecho de reconocerme en el vientre de su madre cuando yo apenas había entrado en el de mi Madre, habla de un hombre que fue tocado por Dios. Claro, puedes pensar que ese toque hizo más fácil seguir esa vida ascética, porque sentía al Padre en su corazón desde antes de nacer, pero tú no estás lejos de eso. Yo he estado contigo desde tu bautizo, instalado con el Espíritu Santo.
Juan el Bautista es uno de esos personajes del Evangelio que para mí tienen tanto peso en el paso de Cristo por la tierra, que no puedo dejar de maravillarme con él. No importa que haya muerto antes que Jesús en la historia relatada. Su huella quedó perenne en los cristianos. Es de esos hombres que solo con escuchar su forma de hablar, su mensaje, su ímpetu, ese amor y temor de Dios, no dejó a nadie indiferente. A mí tampoco. Tengo tanto que imitarle, tanto que Dios me dice con esa fuerza, golpeando la mesa, que quiero responder acorde. Es difícil, sobre todo, porque él necesitó ser ermitaño para lograrlo, pero sigue siendo un gran ejemplo.
Señor Jesús, hoy veo que tu primo Juan compartía conmigo mucho de mi Ideal Personal. La diferencia es que él lo vivía con cada respiro. Yo, en cambio, ando siempre flaqueando, siempre lamiéndome las heridas. Quisiera con mucho ahínco parecerme más a él. Aunque sea un poquito. Él dominó su cuerpo y espíritu, gritó fuerte, fue dócil ante Ti, pudo ser un siervo útil y valiente de nuestro Padre, y dio su vida para que el mundo te conociera. Él fue el gran discípulo de su tiempo. Que yo guarde, Señor, su ejemplo en mi retina, para no perder ninguna ocasión de ser semejante a él. Madre querida, recuérdame siempre a tu sobrino.

AMÉN

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