Evangelio sábado 5 de febrero de 2022

5 de ENERO del 2022
Evangelio según San Marcos capítulo 6, 30 - 34
Sábado de la Cuarta Semana del Tiempo Ordi17nario
Santa Águeda Virgen y Mártir. Memoria obligatoria

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato

Meditación de Gonzalo Manzano González
"Estuvo enseñándoles largo rato"

Jesús parece decirme: Reconozco el cansancio de mis amigos, tal como reconozco el tuyo. Quiero que me sigas a descansar, y que puedas digerir tus vivencias a mi lado, mi mensaje en tu vida. Pero Yo no descanso. Mi amor por ustedes no me lo permite. Es tanto lo que los quiero que nada puede impedirme darles el apoyo que necesitan. Esto es otra parte de mi mensaje para ti: que nada te haga dejar de ofrecerte para ayudar a tus hermanos. Podrás descansar plenamente cuanto nos reunamos en el Paraíso, y ese descanso será eterno; pero por ahora, aprovecha cada segundo de tu vida en la Tierra para darte desinteresadamente.

Quisiera tener la energía de Jesús. Claro que es imposible, dada nuestras obvias diferencias, pero de verdad me cuesta seguir con esta intensidad. Es difícil seguirlo en cada instante de la vida, sobre todo si a pesar de los esfuerzos, el mundo no responde, o derechamente se lanza en contra de uno. Creo que ese es en el fondo el mensaje de la Cruz, que nada nos impida darnos por completo, ni siquiera la muerte. Desfallecer podría ser comprensible, pero veo que Él me enseña con su propia muerte que hay que dar la vida por los que amo.

Señor Jesús, hoy me llamas a y me invitas a no conformarme con menos que todo, a la hora de buscar lo mejor para mis hermanos. Nos llamas a siempre poner la otra mejilla, a mostrarles que nada nos impide hacer felices a los demás, y que podremos descansar bien en el Cielo, por lo que mientras tanto, lo demos todo en beneficio del mundo que nos rodea. Me encomiendo a tu Madre, porque realmente solo no puedo, para que me lleve por ese camino que asciende hasta la Cruz, y así pueda tal como Tú, dar la vida por mis amigos.

AMÉN.