Evangelio sábado 9 de mayo

Sábado 9 de mayo de 2020 | Gonzalo Manzano

9 de MAYO del 2020

Evangelio según San Juan, capítulo 14, 7 – 14

Sábado de la Cuarta Semana de Pascua

"Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"El que me ha visto, ha visto al Padre"

Jesús parece decirme: Quiero que puedas verme y ver a Dios Padre. No por un capricho, sino que el hecho de que veas a Dios a través mío te salva. No es algo menor, ni algo trivial. Esa debiera ser la mayor búsqueda de tu vida. Quisiera que me busques en los Sacramentos, en la Palabra proclamada, en el espacio íntimo de una oración. Quiero compartir contigo el gozo de mi Resurrección, ya que sólo ella es el camino para transitar hasta el Padre. Yo soy el Camino, y ese camino es de muerte y resurrección.

En medio de esta Cuarentena, con mi señora vimos una película que habla mucho de esta "triple identidad" de Dios, en el Padre, Cristo y el Espíritu, y de cómo se desarrolla la vida del ser humano ante un Dios que a primera vista puede verse lejano, pero que en realidad incluso está más presente en nuestra vida que nosotros mismos. Esa relación entre el Padre y el Hijo, es ese camino que hoy Jesús quiere contarme. Quizás una fe fuerte hace más fácil recorrer el camino, pero, aunque estemos flaqueando en nuestra confianza, es siempre Él quien sale a nuestro encuentro.

Señor Jesús, hoy sólo quiero contemplarte para comenzar a ahondar en este misterio trinitario. Como ves, parto contigo porque de las tres Personas de la Trinidad, eres humano, y creo que por eso comprendes en carne propia las pequeñeces que tengo y que me rodean. Tómame la mano, Señor, porque tengo claro que no puedo encontrar el camino al Padre si no es contigo a mi lado. Tú quieres señalarme los pasos que debo dar, y de verdad, yo quiero seguirlos. Gracias Madre amorosa, por darnos a tu Hijo en la Cruz y vidas regalarnos la vía para nuestra Salvación.

AMÉN

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