Evangelio viernes 17 de mayo

Viernes 17 de mayo de 2024 | Alejandra Castelblanco

17 de mayo de 2024

Evangelio según San Juan 21, 15-19

Viernes de la séptima semana de Pascua

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"¿me amas más que estos?"

Jesús parece decirnos: esta pregunta quiero hacerles hoy a ustedes. Seguramente ustedes se la habrán hecho a sus seres queridos. Aunque saben que sus hijos, sus padres, sus amigos, los quieren, necesitan hacerles la pregunta. Por un lado, para sentirse queridos y por otro, para renovar ese amor que es incondicional y que necesita reafirmarse para hacerlo crecer. Pues bien, a sus familiares y amigos, ustedes los ven, entonces yo les pregunto:
¿Pueden ver mi rostro en todos ellos y así amarme?

Creo que la respuesta a la pregunta que hoy me hace Jesús, tiene que ver con estar atenta a descubrir una faceta de Jesús diferente en cada persona. Las personas que veo a diario a veces pasan desapercibidas. De tanto ver las mismas caras, cuesta hacer un alto y mirar más allá, mirar el corazón de esa persona y descubrir la cara que Jesús me muestra en ella. En los niños me resulta tan fácil, son tan espontáneos, cariñosos, transparentes...pero en los adultos, están los prejuicios, las sombras que me impongo muchas veces para no hacer el trabajo de mirarlo con detención. Creo que debo liberarme de esos velos que nublan la mirada

Querido Señor: quiero ver todas tus facetas. Son cientos de miles, según cada persona la muestre. Haz que nunca me olvide de esto y que pueda mirar con ojos benevolentes a todos, con ojos de claridad que solo quieren mirar el rostro que reflejas en ese corazón. María supo encarnar muchas facetas tuyas, que ella sea mi ejemplo, mi modelo a seguir, ella que no miró nunca con desprecio a nadie y que supo acoger a todos como Madre. Que el Espíritu Santo que ya está por venir, me regale esa visión que tanto necesito para acercarme más a Ti.

AMÉN

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