Evangelio viernes 2 de octubre

Jueves 1 de octubre de 2020 | Alejandra Castelblanco

2 de OCTUBRE del 2020

Evangelio según San Mateo capítulo 18, 1-5. 10. .

Viernes de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Santos Ángeles Custodios. Memoria obligatoria

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?". Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial."

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"Jesús llamó a un niño"

Jesús parece decir: los niños son puros son inocentes, no están contaminados con el exitismo, con la competencia, con el consumismo. Un niño quiere al que le dé confianza y se entrega sin reservas, ayuda desinteresadamente. Un niño se dirige al Padre con naturalidad, dice lo que piensa y reacciona al mal con asombro. ¿Cuánto han perdido de ese niño que vive en su corazón? La invitación es a descubrir ese niño interior que hasta el más viejo lo tiene, todos han sido niños, busquen en su interior y recuperen lo que han perdido. Ojalá que su primera conquista sea recuperar la sonrisa de ese niño que vive en Uds.

Me encantan los niños, las guaguas con sus caritas de ángeles, los niños con cara de "malo", las cosas que inventan, lo que preguntan en fin todo. Creo que, si todos quisiéramos aprender de ellos, el mundo sería muy distinto. Me llama mucho la atención, como pide un niño: no se complica, pide con total confianza que cuesta que un padre se resista. Eso quiero conquistar, pedir con confianza, sin calcular por si no me dan lo que pido. Me cuesta pedir últimamente, tiendo a pensar más en la desilusión que lo que pido no me llegue y ese temor me detiene y me abstengo de pedir. Vamos a ver si puedo pedir como lo hace un niño.

Querido Señor: muchas gracias por poner niños a mi alrededor. Por mi vocación de profesora que me da la oportunidad de relacionarme con más niños. Hazme aprender de ellos esa sencillez de vida, ese gozar con poco, esa risa alegre y contagiosa por lo simple y cotidiano. Ayúdame a aprender a pedir como lo hace un niño, con confianza plena. María, supo conquistar las características de Jesús niño y las mantuvo en toda su vida, dame esa capacidad de asombro y perseverancia para lograr asemejarme al más grande en el Reino de los Cielos: un niño.

AMÉN

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