Evangelio Viernes 21 de Febrero

Viernes 21 de febrero de 2020 | Alejandra Castelblanco de Prieto

21 de FEBRERO del 2020

Evangelio según San Marcos, capítulo 8, 34 - 38.9, 1.

Viernes de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles".
Y les decía: "Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"" El que quiera venir...""

Jesús parece decirnos: Uno de los regalos más grandes del Padre es la libertad. Cada uno toma libremente la decisión de seguir el camino al que están todos invitados. Sin embargo, el que lo sigue, podrá experimentar la Libertad en plenitud. Este camino no tiene ataduras terrenales que no dejan continuar. Por el contrario, cuando se elige, por ejemplo, ir a vivir la Eucaristía, o cuando alguien se acerca al sacramento de la reconciliación, crece la libertad interior. Hoy te invito, si quieres, ven.

Cuando quiero algo, actúo con decisión. Es como si mi voluntad se moviera solo a eso que quiero. En las cosas cotidianas como cuando decido preparar algo rico, o cuando quiero conversar profundamente con un hijo. Pienso todo el rato en eso y no descanso hasta lograrlo. Creo que la clave está en "querer". Decidirse por Jesús implica querer hacerlo y en eso trabajo día a día. Porque sé que, confiando descanso, que creyendo tengo esperanza y entregándome crezco. Esas certezas me hacen querer este camino de libertad interior, que no es otra cosa que decidirse por el Amor.

Querido Señor: ¡¡¡Qué grande eres!!! Nos regalaste la libertad para que, al decidir seguirte, podamos sentir la grandeza de tu amor. Te pido perdón por las veces que no decido hacerlo, que sabiendo que no está bien, elijo otra opción. Gracias por el sacramento de la Reconciliación que siempre nos devuelve la posibilidad de empezar de nuevo. Soy feliz cuando veo tus señales, cuando descubro tu plan, cuando me impulsas a lo bueno. Haz que no equivoque el rumbo y encuentre siempre el consuelo en los brazos de tu madre que siempre me lleva a tu Sagrado Corazón.

AMÉN

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