Evangelio viernes 24 de septiembre

Jueves 23 de septiembre de 2021 | Alejandra Castelblanco

24 de SEPTIEMBRE del 2021

Evangelio según San Lucas, capítulo 9, 18 - 22

Viernes de la Vigésima Quinta Semana del Tiempo Ordinario

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día".

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres"

Jesús parece decirnos: la misión de evangelizar no está restringida solo a los hombres. Las mujeres cumplen un rol fundamental y aportan con su experiencia y manera de ver la vida, a la misión salvífica. Es importante distinguir que, aunque hombre y mujer son diferentes, son iguales en dignidad. La experiencia que tuvieron estas mujeres, no las dejó indiferentes, todo lo contrario, las movió a seguirme y anunciar la buena nueva, porque ellas mismas lo vivieron. Mi invitación, hoy, es a sentirse llamados a todos: nadie debe excluirse, hombre y mujer son diferentes en modalidad, pero iguales a los ojos de Dios: "sus hijos".

Una de las cosas que más me ha sorprendido de la serie "Chosen" ha sido ver, cómo las mujeres que se nombran en este Evangelio, seguían a Jesús como lo hacían los apóstoles. La naturalidad de la relación entre ellos era muy parecida a la realidad. El aporte femenino, es de gran valor y me encanta que Jesús las haya dejado seguirlo. La calidez, la nota más de "hogar" es tan propia de la mujer y sin duda enriqueció la convivencia. Estos tiempos tan revueltos nos piden a gritos que valoremos nuestra esencia de ser Mujer y Hombre. Juntos somos mejores personas, y la familia es la Salvación de la sociedad.

Querido Señor: qué maravilla la creación. Pensaste en todo, quisiste que fuéramos hombres y mujeres, diferentes en modalidad, pero iguales en dignidad. Tuviste un padre y una madre, ambos necesarios para la educación de un niño. Elegiste tus apóstoles y también te siguieron las mujeres. Tuviste a tu discípulo amado y también a tu Madre, que también es la nuestra. Gracias por cada detalle con que nos creaste, la manera de ser femenina y masculina que tanto aportan a la construcción del Reino. Enséñame a desarrollar mi femineidad en su totalidad bajo el ejemplo de María nuestra madre.

AMÉN

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