Evangelio viernes 3 de mayo

Viernes 3 de mayo de 2019 | Alejandra Castelblanco

3 de MAYO del 2019

Evangelio según San Juan 3, 13 – 17

Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz (Solo en Chile)

Jesús le dijo a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, si no es el que bajó del cielo: este Hombre. Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado el Hijo del Hombre, para que quien crea en Él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo Único, para que quien crea en Él no perezca, sino tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él".

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"...para que el mundo se salve por medio de él"

Jesús parece decirnos: mi Padre los ama. Doy testimonio de ese Amor. Cada hijo es fruto del Amor y yo soy fruto del Amor, pero con una misión tan única, que solo Yo podía llevar a cabo. El pecado del hombre lo había conducido a la muerte eterna. ¿Cómo remediar esta condena? Con el acto de Amor más puro y radical: la muerte en cruz del hijo unigénito del Padre. Ese precio lo pagué por Amor a cada uno de ustedes. Cada vez que vean una cruz, recuerden que es signo de amor y entrega y el dolor que ahí sucede tiene sentido solo por el inmenso Amor del Padre por sus hijos queridos.

Como profesora uno a veces queda sorprendida de las preguntas espontáneas y naturales de los niños. Una de ellas: "por qué Jesús tuvo que morir en la cruz", me hizo responder con la metáfora: "Para abrir las puertas del cielo". Esa respuesta lo dejó tranquilo y a mí también, porque el solo hecho de imaginar que uno se muere y punto final, sin vida eterna, lo encuentro desolador. Pero saber que se tiene la posibilidad de una vida plena en el Paraíso, es un regalo y una tranquilidad para el alma que me hace ser una eterna agradecida de la cruz dolorosa de Jesús que da esperanza en esa nueva realidad de la felicidad Eterna.

Querido Señor: ¡¡¡Qué maravilloso eres!!!!Fuiste tan valiente, decidido, entregado, confiado y seguro. Qué ganas de parecerme un poco a Ti. Ayúdame a cultivar cada día mi oración, mi comunicación con el mundo sobrenatural, a tomar el ejemplo de tu Madre, a reconocer los designios del Padre para entregarme confiada a la misión que me tienes como regalo. Que no caiga Señor, en la depresión y la desesperanza al ver que mis planes no resultan y que pueda ver más allá y así descubrir dónde me juego mi felicidad verdadera.

AMÉN

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