Gracias Padre por estos 80 años del P. Rafael

Gracias Padre por estos 80 años del Padre Rafael     Un educador, un inspirador, un motivador, un instrumento… simplemente un ejemplo de vida.   A continuación presentamos un testimonio de gratitud, de uno de sus hijos espirituales, que seguramente interpretará a muchos otros que también quisienran expresarle hoy su reconocimiento filial.

| Rafael Mascayano Rafael Mascayano

 

Gracias Padre por estos 80 años del Padre Rafael

Pater Rafus (como te digo habitualmente), en este día que cumples 80 años, quisiera escribir algunas líneas de lo importante que has sido en mi camino y en el de muuucchhhooosss otros. Hablaré mucho desde lo personal, ya que quizás sea una experiencia similar a los de nuestra generación y tantos otros en que el Señor y la Mater nos dieron la posibilidad de encontrarnos contigo en este caminar.

Creo firmemente que la providencia de Dios, me permitió encontrarme contigo en mi juventud, para que pudieses ayudarme a encontrar el rumbo de mi vida y consagrarme por entero a Schoenstatt, al Padre Kentenich y a su misión del 31 de mayo. Junto a ti se unieron una hermosa compañía de Sacerdotes, Hermanas de María, Instituto de Señoras y matrimonios, que nos marcaron como Generación Pentecostés del Padre.

Recordar ese momento en que después de tu clase en nuestra Escuela de Jefes II, me llamaste y me invitaste a caminar por Condell. Sí, mi madre ya estaba en sus últimos momentos y viste que necesitaba de esa conversa tranquila y profunda. Al final me dijiste: “tienes que saber que siempre podrás contar con 5 minutos míos cuando estés con alguna dificultad y tienes el derecho a ocuparlos aun cuando yo esté ocupado”. Esa frase me marcó fuertemente y la repetí en muchas ocasiones con alumnos y personas que habían recurrido a mí por alguna ayuda que les pudiese prestar. Era de corazón, porque lo había aprendido en una experiencia concreta y en que tenía la certeza de que podía ocupar esos “cinco minutos” porque eran míos. Muchas veces los ocupé y viví que podía ser cierto poder contar con alguien en los momentos difíciles. Es la experiencia concreta que Dios también está al lado siempre y mucho más que los “cinco minutos”.

Cierto es que en esta relación filial hemos discutido muchas veces, nos hemos pelado y vuelto a encontrar. Cierto es que la delicadeza en algunos momentos te juega más de algún problema, y que la pasión por lo que consideras que debe realizarse te lleva a quebrar más de un jarrón. Cada vez que comenzabas a cerrar el entrecejo ya sabíamos que “algo se venía”. Tampoco podemos desconocer que siempre has estado conectado con lo último de la tecnología y tu gran pasión por la fotografía. “¿Qué ves aquí?” “Una pintura abstracta…” “¡No, es un detalle de un grafiti en una muralla!” Ver lo maravilloso en algo aparentemente no tan hermoso, es una actitud que también lo experimenté en mí.

A la vez, nos imbuiste de esa misma radicalidad de entregarnos con todo por la misión del 31 de mayo y en llevar a nuestro Padre más allá de las fronteras del movimiento, de la Iglesia, y proyectarla a la realidad de cada día.

Hoy, cuando nos vemos, nos recocemos hijos tuyos, tenemos rasgos que no podemos desconocer y que son herencia de lo que nos fuiste entregando día a día. Cuántas cosas han salido de tus manos, cuántos libros has creado con la conciencia de dejar y proyectar en obras concretas el pensamiento del Padre Kentenich. El IPK, la radio on line, Centro de La Providencia, el Círculo de los Artistas, de los Comunicadores, los Empresarios y… tantos otros. Tus viajes a Bolivia, a Costa Rica y otros países en que Schoenstatt está naciendo.

Pater Rafus, a tus 80 años sigues creando y trabajando, mirando qué proyectos aún hay que levantar y proyectar. Sigues siendo para nosotros un ejemplo de que en los ideales no hay jubilación posible, que siempre hay que seguir enamorado por las convicciones que se tienen; que el 31 de mayo es una gran tarea a la cual debemos colocar todos nuestros esfuerzos. Lo más grande es que esta fuerza la vemos también en los sacerdotes de tu generación, que nos muestran un camino hermoso y lleno de vida, enamorados hasta en lo más profundo de nuestra Mater.

Gracias Señor, Gracias Mater, gracias Padre, por estos 80 años del Padre Rafael.

 

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