¿A que temperatura esta nuestra Alianza de amor con María?

Hace unos días, al momento de poner mi Medalla de Alianza al cuello, sentí el frío metal en mi pecho, y se me vino esta pregunta: ¿A qué temperatura está nuestra Alianza de Amor con María? Me gusta Schoenstatt, me la paso bien en las reuniones, tengo más amigos y las reflexiones son muy interesantes. Pero, ¿qué estoy haciendo para enriquecer aún más mi mente y mi espíritu? Tal vez Dios quiera que nos comprometamos más con la vida, con nuestro entorno, con nuestros semejantes. Que nos comprometamos con El y con María, a trabajar mano a mano con ellos y para el mundo.

| Lucía Zamora (México) Lucía Zamora (México)

Hace unos días, al momento de poner mi Medalla de Alianza al cuello, sentí el frío metal en mi pecho, y se me vino esta pregunta: ¿A qué temperatura está nuestra Alianza de Amor con María?... ¿Cálida, tibia o fría?

Me gusta Schoenstatt, me la paso bien en las reuniones, tengo más amigos y las reflexiones son muy interesantes. Pero.... ¿qué más?... ¿qué estoy haciendo para enriquecer aún más mi mente y mi espíritu? Mejor aún... ¿Qué estoy haciendo para fortalecer mi Alianza con María?

Disfrutar de los regalos de Dios es un privilegio. Y en ocasiones ni siquiera estamos conscientes de estos obsequios, hasta que, por algún problema de salud, vemos qué tan importante es caminar, respirar, mirar, oler y palpar todo aquello que siempre hemos tenido. Y que, por estar tan ocupados en las cosas materiales, no apreciamos con el corazón, y mucho menos nos damos el tiempo para agradecer.

Esto sucede con lo nuestro, con lo que creemos debe funcionar "normalmente", con lo que suponemos es la felicidad.Porque todo funciona en armonía. Pero cuando esta armonía no se da, y nuestra vida comienza a tambalearse, nos preguntamos: ¿por qué me pasa esto?, o ¿qué hice para merecer esto o lo otro? Creo que la pregunta adecuada es ¿para que?...Tal vez Dios quiera que nos comprometamos más con la vida, con nuestro entorno, con nuestros semejantes. Que nos comprometamos con El y con María, a trabajar mano a mano con ellos y para el mundo.

Dios es un sabio en esto de despertar conciencias. De repente algo pasa que reaccionamos y aprendemos la lección.Y descubrimos estos hermosos regalos, logrando disfrutar, valorar y agradecer todo lo que Dios ha puesto en nuestra vida. ¿Pero qué hay de nuestro agradecimiento? ¿Cómo lo demostramos? Para todos los que tenemos una Alianza de Amor con María, ¿qué tan dispuestos estamos a colaborar con Ella?... ¿Sólo para mi familia; sólo para mi familia y amigos; o bien para mi familia, amigos y todo aquél que esté cerca de mí, aún sin conocerlo?

Revisemos dentro de nosotros y hagámonos estas preguntas, usándolas como termómetro, para medir nuestra entrega con la Mater. Para cuestionarnos: ¿qué es lo que vamos a dejar como huella en este mundo? Mejor aún: para encontrar dentro de nosotros la respuesta que Dios ha puesto en nuestro corazón y regalarla a la humanidad. A nuestro pequeño mundo que tambalea cada vez más, que necesita una mirada de cada uno de nosotros, que necesita confiar, que necesita consuelo, paz y amor. Creo que Dios quiere que nos comprometamos a dar un poco más de nosotros, que nos comprometamos a crear su reino aquí en la tierra.

Pero nos da miedo dar ese paso, el paso ¡del compromiso! Es muy cómodo hacer lo que está a nuestro alcance y no estirarnos un poco más para alcanzar la verdadera armonía. Es muy cómodo solucionar nuestros problemas con una pastilla, con una sesión terapéutica o con una copa y un cigarrillo. ¿Por qué no abrir el corazón y descubrir, dentro de él, el deseo de Dios? Más que una petición, es una solución y alivio a lo que nos aqueja. Es muy difícil comprometernos.Nos da miedo perder la tranquilidad a la que estamos acostumbrados.

Para los que de alguna manera nos hemos comprometido con Dios, con la Mater y con la vida misma, sabemos que el compromiso no viene solo, viene con las herramientas para la lucha; herramientas que despiertan nuestros talentos dormidos; que nos conceden la sabiduría y depositan en nosotros la fe y la esperanza, que nos dan la confianza para seguir adelante con la voluntad de Dios. El compromiso con María y con Dios, nos da libertad, paz, armonía y amor. Y esto trae consigo el alivio del cuerpo y del alma.

No tengamos miedo al compromiso. Comprometernos nos hace crecer como seres humanos, recibiendo la gracia y el amor de Dios en todo aquello que hagamos por Él y por el mundo.

 

Comentarios
Los comentarios de esta noticia se encuentran cerrados desde el a las hrs