Comunión cuaresmal y pascual con el pueblo de Chile

Queridos hermanos y amigos:Desde Roma estoy junto a ustedes en esta hora de dolor y prueba, siguiendo por diversos medios públicos y privados lo que están viviendo desde este sábado en la madrugada.  

| Padre Guillermo M. Cassone Padre Guillermo M. Cassone

Queridos hermanos y amigos:
Desde Roma estoy junto a ustedes en esta hora de dolor y prueba, siguiendo por diversos medios públicos y privados lo que están viviendo desde este sábado en la madrugada.

Acá lo supimos minutos después y comenzamos a vivir en comunión espiritual y afectiva con el pueblo de Chile, al que sentimos como propio ya que desde que conocimos Schoenstatt, hace 51 años, a través de los primeros jovenes chilenos que nos contagiaron su amor por la Mater y la Misión, nuestros destinos se entrelazaron para siempre.

Viví mis años de novicio en Chile y eso me marcó en mi formación sacerdotal y mi compromiso con la Misión del Padre para siempre. El Santuario de Bellavista pasó a ser mi Cenáculo, donde experimenté tan fuertemente la acción del Espíritu que es dificil expresarlo en palabras.

Desde entonces mantuve un contacto personal con hermanos en la Alianza y en el sacerdocio, que me enriquecieron y sostuvieron. En mis varios viajes, ya como un neo-sacerdote y hasta hace poco más de un año que estuve la última vez, siempre aprendí tanto en el contacto personal y especialmente en las vivencias comunitarias, que solo puedo tener palabras de gratitud. ¡Como no recordar el Jubileo del 31 de mayo de 1999, con su experiencia de Schoenstatt al servicio de la Iglesia y alma del mundo!

Ahora que los veo viviendo una Cuaresma tan , quiero expresarles mi solidaridad y compañía ofreciendo con ustedes los sacrificios diarios al Capital de Gracias, en unión a Bellavista y la red de Santuarios chilenos. Creo que esta vivencia honda de Via Crucis colectivo será una gran experiencia de fe y, a la vez, una ocasión para madurar el amor solidario y la esperanza victoriosa.

María, como Educadora y Misionera, está y estará junto a ustedes en su advocación del Carmen, tan venerada por todo el pueblo chileno, y también en nuestra ya tan popular advocación de Schoenstatt en que nos cobija,transforma y envía.

Estoy seguro que con la tenacidad y coraje que caracteriza la idiosincrasia chilena, así como su profundo patriotismo, lograrán reconstruir las zonas destruidas y fortalecer los vínculos entre todos los hermanos, en especial entre los que más están sufriendo. Y así experimentarán la Pascua de Jesús, que nos hace pasar de la muerte a la vida.
Ese es mi pedido y deseo para la cercana Pascua de Resurrección.

En las Misas diarias los recuerdo, tambien en la Adoración y el Rosario. Pido por los fallecidos y sus familias, los heridos, los que perdieron todo aunque salvaron sus vidas; por las consecuencias físicas y psíquicas,también materiales y económicas,así como por el orden público y quienes tienen que regir los destinos de todos y promover el bien común.

Los bendigo cada noche y les mando un fraterno abrazo

P. Guillermo Mario Cassone

Padres de Schoenstatt
Roma, 2 de marzo 2010

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