Equipos de Alto Desempeño - II Parte

En esta segunda parte Rafael Mascayano nos invita a profundizar sobre la “conectividad” en el matrimonio, y sobre cómo pueden ayudar las interacciones profundas en la pareja.      

| Rafael Mascayano Rafael Mascayano

Hace algunas semanas atrás, escribía sobre los Equipos de Alto Desempeño y cómo estos podrían también relacionarse a todo tipo de grupos humanos, incluido el matrimonio. En un post al artículo, Patricio Chaparro me solicitaba que pudiese aclarar más lo de “conectividad” y la “positividad y negatividad”, aspectos esenciales y de gran relevancia del tema en la vida cotidiana.

Complementando a lo anterior, en una reunión familiar le regañaba a una cuñada que ella lo había tenido en su casa a Marcial Losada y no me había invitado. Ella me contestó que no sabía de este interés mío por este tema y le comenté lo que había escrito. De ahí se dio una excelente conversación, y Gabriela me amplió mi visión comentándome que en forma paralela y sin conocerse otros dos investigadores habían investigado este mismo aspecto, pero uno en la realidad matrimonial y la otra en relación con uno mismo.

Los tres, en distintos ámbitos, habían llegado a conclusiones similares en esta relación de “interacciones” positivas y negativas, ya fuese a nivel de equipos de trabajo, de relaciones matrimoniales y en relación con uno mismo.

En las relaciones humanas (y en esto incorporo la relación con uno mismo), es normal que tengamos una gran cantidad de “interacciones”: conversaciones, gestos, expresión de sentimientos, etcétera. Estas “interacciones” (calidad y cantidad) son las que explican cuán “conectados” o “vinculados” estamos unos de otros, pero la calidad de ellas es lo que determina al final una relación más positiva o más negativa.

John Gottman partió trabajando en las interacciones de parejas en conflicto con una finalidad principalmente terapéutica, y al darse cuenta del tipo y calidad de dichas interacciones derivó a cómo ayudar a la felicidad de las parejas, y a cómo encontrar señales y formas de educarnos en los procesos de una mejor relación en la vida matrimonial.

Un primer aspecto que descubrió fue que en “las parejas felices lo que predomina son los recuerdos felices sobre los infelices”, es decir que el matrimonio está centrado más en aquellos recuerdos que les ha producido alegría, satisfacción, sensación de “positividad”. Por el contrario, las parejas con mayor conflictividad están centradas en los recuerdos negativos, insatisfactorios, problemáticos. Aun cuando las “parejas felices” estén pasando por dificultades, el “sentimiento” y recuerdo está mucho más en lo positivo que en lo negativo.

Un segundo aspecto que Gottman destaca es que todas las parejas en general tienen momentos de conflictividad, sin embargo lo que las diferencia es la forma de discutir en dichas situaciones. Las parejas felices, dice Gottman, manifiestan sus molestias de manera “suave” en lugar de plantearlas de manera agresiva; saben detectar cuándo las discusiones van subiendo de intensidad y pueden hacer un comentario o realizar alguna acción para evitar que la pelea se “salga de control” y  esto es bien recibido por la pareja; evitan quedar atrapadas en peleas insignificantes, que no valen la pena ponerlas por encima de la relación de pareja, y se centran solo en aquellas que son trascendentes. Finalmente, estas parejas logran llegar a acuerdos que por lo general se cumplen.

En tercer lugar, Gottman descubre que las interacciones, las relaciones de las parejas felices son muy similares a personas que mantienen una muy buena relación de amistad, es decir, prestan atención a lo que le sucede al otro, son proactivos en la búsqueda de apoyo cuando el otro lo necesita y están emocionalmente conectados ambos dos. Hay confianza para poder hablar sobre lo que les sucede, sus alegrías, temores, sueños y aspiraciones. Hay respeto por las decisiones, saben que serán escuchados(as) y que realmente recibirán apoyo de su pareja.

Finalmente Gottman, señala siete aspectos relevantes en las interacciones de una pareja, de un matrimonio, para ser una “pareja feliz”.

1.       Conocimiento amplio acerca de mi pareja (a lo que se le ha denominado como “mapas del amor”).

2.       Presencia de cariño y admiración.

3.       Se destina tiempo para realizar actividades juntos.

4.       Hay una influencia positiva mutua.

5.       Se resuelven problemas de manera efectiva.

6.       Se apoyan mutuamente para alcanzar proyectos personales y de pareja.

7.       Se visualizan como una pareja feliz a largo plazo.

Sí le agregaría, y para nosotros es muy importante…

8.       Colocar nuestro matrimonio en manos de Jesús y la Mater.

Comentarios
Los comentarios de esta noticia se encuentran cerrados desde el a las hrs