Evangelio domingo 17 de diciembre

Domingo 17 de diciembre de 2023 | Juan Francisco Bravo

17 de diciembre de 2023

Evangelio según San Juan 1, 6-8. 19-28

Domingo de la tercera semana de Adviento

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?" Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?" Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?" Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?" Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías". Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Meditación de Francisco Bravo Collado

"Yo soy la voz que grita en el desierto"

Es como si Juan me dijera hoy a mí: "Yo soy la voz que clama en el desierto. Yo soy el que los invita a enderezar sus caminos y prepararse para la venida del Mesías. Yo los invito hoy, este adviento, en este momento. Los invito a poner atención a lo que viene. A estar atentos a los signos. A caminar por el camino recto. ¿Y cuál es el camino recto? El que va directo hacia donde tiene que ir. Deja de darte vueltas. Deja de variar el rumbo. Elige y avanza."

Este texto me fascina desde que era muy pequeño. Me emociona la imagen de la voz que grita en el desierto. La voz que grita aunque no escuchen. La voz que remece el vacío. Quiero aprender a segur a Juan Bautista. Quiero, como él, entregarme a la misión con más fuerza. Permitirme habitar los desiertos de mi vida. Despertar en mí la dimensión salvaje que es capaz de sostenerse gracias a la esperanza de la llegada del Mesías. Me gusta Juan, también, porque es humilde. Yo quiero aprender de esa humildad, capaz de reconocer que no soy digno de desatar las sandalias de Cristo.

Juan, hermano mío, gran hermano mío. Gracias por gritarme desde el desierto. Gracias por tu testimonio varonil, salvaje y fiel. No dejes de llamarme a mí desde los desiertos. Invítame a vivir contigo sin más que lo necesario para fortalecer la esperanza. No dejes de decirme que enderece mis caminos. Ruega conmigo para que yo también camine bien. Que mi camino sea bonito y heroico, como el tuyo. Quiero ir contigo a los desiertos a preparar la llegada de Nuestro Amigo.

AMÉN

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