Evangelio lunes 1 de agosto

Domingo 31 de julio de 2022 | Bernardita Marín Paul

1° DE AGOSTO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 14, 13 - 21

Lunes de la Décimo Octava Semana del Tiempo Ordinario

San Alfonso María de Liguria, fundador y doctor de la Iglesia. Memoria Obligatoria

Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos. Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos". Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos". Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados". "Tráiganmelos aquí", les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Meditación de Bernardita Marín Paúl

"Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos."

Creo que el Señor me quiere decir; Estaba solo orando y llegaron muchos que querían estar conmigo, que alegría encontrarme con ellos. Veo sus necesidades, temores y sufrimientos, ¡hago todo por ellos! Los sano y al final del día los alimento, con el pan compartido, que alcanza para todos, que satisface física y espiritualmente. A ti también, como a ellos, te espero, acojo necesidades, alivio tus temores, y te alimento. Ten confianza en que siempre estaré. A través tuyo quiero construir el camino de la dignidad, en que todos tengan el pan espiritual y físico.

Una vez más el Señor me dice que descanse y confíe en Él, se conmueve antes mis inquietudes, problemas y actúa. Sabe perfectamente lo que necesito y me da mucho más. Cuando estoy agobiada, desesperanzada y cansada, me acerco a Él y mi corazón se transforma, percibo su abundancia, alimento, tiempo y cariño. También me reta a compartir mucho más, hay mucha necesidad y cuando se comparte, alcanza para todos y sobra increíblemente.

Señor, enséñame a confiar en Ti, saber que tu socorres y te haces cargo. Dame la sensibilidad ante las necesidades de otros, no tapar mis ojos y oídos, amarrar mis manos, ante el hermano sin trabajo, agobiado, enfermo o solo. Así como tú, tener compasión, que me dé cuenta del dolor ajeno y cooperar para aliviarles el camino, como tú lo haces conmigo. Señor, que me acostumbre a mirar con ojos de misericordia a todos los que encuentre sufriendo. Gracias Señor.

AMÉN

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