Evangelio lunes 18 de septiembre

Lunes 18 de septiembre de 2023 | Bernardita Marín Paul

18 de septiembre del 2023

Evangelio según Lucas capítulo, 7, 1 - 10

Lunes de la décimo cuarta semana del Tiempo Ordinario

Día Nacional de Chile

Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho.
Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor. cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga". Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace". Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe". Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará."

Creo que el Señor me quiere decir; ten confianza y esperanza plena en Mí, Yo te quiero y si crees, ahí estaré para acogerte y abrazarte y abrazar todos tus dolores y necesidades. En esta relación de amor verdadero, te recibo y te acojo como tú lo haces conmigo. Puedo ver tu corazón cercano y humilde, y de verdad no pretendes ser la primera, solo quieres con sencillez de hija anhelar estar conmigo, soy tu abrigo y tu protección y te hago digna de recibirme.

Significa mucho para mí esta aseveración, me interpreta y revela lo que siento. No soy nadie para merecer estar con mi Señor. A pesar de esto vivo con Él un amor exclusivo, personal, vivo y verdadero que mantiene y sustenta mi persona y mi esperanza. Veo como se manifiesta, habla, calma mi vida. Soy una agradecida de que me vea, y deposite en mí el anhelo de ser más, no para mí, sino para que otros encuentren la plenitud del amor de Dios.

Señor y amo de mi corazón, no me quites nunca la esperanza y confianza de que estas en mí. Hazme humilde y que sepa resguardar el tesoro que me has regalado. Tú iluminas y das sentido a mi vida, me das la responsabilidad de ser tu compañera para que otros transiten conmigo este camino de la vida, en que Tú estás presente y todo adquiere real sentido. Sacia mi Dios la sed infinita, se Tú el centro de mi vida. Bendito y alabado seas por los siglos de los siglos que así sea.

AMÉN

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