Evangelio martes 17 de mayo

Martes 17 de mayo de 2022 | Juan Francisco Bravo

17 DE MAYO DE 2022

Evangelio según San Juan capítulo 14, 27 – 31a

Martes de la Quinta Semana de Pascua

Jesús dijo a sus discípulos: «Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman ! Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Les doy mi paz, pero no como la da el mundo

Jesús me dice: "¡No se inquieten ni teman! Anclen la paz en lo más profundo: en la unión con el Padre. En el camino hacia el Padre. En la certeza de que vamos hacia su mesa. Sostengan ese foco. Que esa sea la esperanza que ustedes alimentan. No se anclen en lo superficial. No se engolosinen con lo expedito y lo cómodo. Construyan sobre roca. Estén atentos, porque no solo se trata de estar bien: cuando se afanan por que todo esté bien pierden el foco en la unión con el Padre. Así que concéntrense en mantenerse unidos con Él, como lo hago yo, y todo lo demás se les dará por añadidura.

Me siento admirado ante este misterio. La paz de Cristo es la unión con el Padre: el saberse hijo sostenido aún en la misma cruz. La paz del mundo es la comodidad: es una ilusión. La distinción surge de la necesidad de diferenciar la paz profunda con la paz superficial. Al mismo tiempo, una parte de mi tiene miedo. Esa parte de mi preferiría que la paz fuera más cómoda: que no requiriera abandono. Pero cuando medito me doy cuenta de que no necesito 'inventarle' dificultad a la Fe Práctica en la Divina Providencia. Puedo, simplemente, confiar y entregarme en las manos de Dios.

Señor Jesús: ¡qué mensaje más profundo y sencillo me das en este texto! Quiero reconocer que yo mismo me invento que las cosas son más difíciles de lo que realmente son. Tu Padre me da todo. Su unión conmigo es perfecta. No tengo que hacer como si me costara ser su hijo amado. No tengo que angustiarme por dificultades que no son más que ópticas que me permiten nuevas perspectivas del mismo amor que recibo una y otra vez. Gracias por tu evangelio. Gracias por morir en la cruz confiando en el Padre. Quiero unirme también a Ti y, así, unirme contigo al Padre.

AMÉN

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