Evangelio martes 22 de febrero

Lunes 21 de febrero de 2022 | Juan Francisco Bravo

22 DE FEBRERO DEL 2022
Evangelio según San Mateo capítulo 16, 13 - 19
Fiesta de la Cátedra de San Pedro apóstol

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?". Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Y el poder de la muerte no prevalecerá sobre ella

Es como si Jesús me dijera: "Todo lo que estás viendo sobre mi Iglesia, que es tu madre; todo esto que te duele, que te incomoda, que no tienes cómo explicar, que te hace ver cosas en ti mismo que no te gusta ver; todo esto que te interpela y te violenta, que te hastía y que hace que te den ganas de dar vuelta la página y no mirar más; todo eso no prevalecerá. No es que no esté, no es que no importe, no es que no tengas que mirarlo, no es que sea accesorio. Al contrario: es muy importante. Míralo de frente. Pero sabe bien que, aunque sea poderoso, no prevalecerá."

Me abruma pensar en la Iglesia. Porque la iglesia que yo he experimentado es tan luminosa, tan cotidiana y tan poderosamente vital, que me abruma ver el nivel de desastre, perversión, desconexión con la vida, materialismo y mecanicismo que, irrefutablemente y muy a mi pesar, veo. Y, cuando profundizo, me doy cuenta de que ese mismo nivel de muerte que veo afuera, en la iglesia, lo puedo encontrar adentro, en mi vida: en mi propia forma de llevar mi relación con Dios, con los demás y, sobre todo, conmigo mismo. Siento que este texto me invita a reconfigurar mi corazón para que no persevere esa muerte que no lleva a resurrección.

Jesús: Yo, que soy hijo de tu Iglesia; que yo mismo soy Iglesia; te pido que la muerte que veo afuera, y que tú me muestras que también está en mí, no prevalezca. Hoy día tomo decisiones para consagrar mi corazón a tu Reino. Hoy día me presento en tu Santuario para renovar mi alianza de amor con tu Madre y ofrecerme completamente al Amor que crea y sostiene todo el universo. Hoy me propongo actuar con integridad, escuchar mi corazón, decir la verdad y mirar de frente todo lo que yo he venido esquivando. Acompáñame.

AMÉN.

 

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