Evangelio miércoles 17 de abril

Miércoles 17 de abril de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

17 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 6, 35-40

Tercer miércoles del tiempo de Pascua

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

Meditación de Osvaldo Iturriaga Berríos

"Al que venga a mí yo no lo echaré fuera"

Siento como si el Señor me dijera "siempre que me busques con sinceridad, te recibiré con los brazos abiertos. Aunque sientas que no eres digno, yo estaré esperando que vuelvas tu mirada hacia Mí. Yo vine al mundo para estar cerca de ti, para ser uno entre ustedes, y así me conozcan y conociéndome sigan mi ejemplo, para que dejen de buscar la vida en cosas perecederas, y la encuentren en plenitud en la comunión conmigo y con el Padre. Pero si no te sabes necesitado y no vienes a Mí, no podré recibirte, porque no estarás abierto a mi salvación".

Este último tiempo he pasado por momentos difíciles de inestabilidad y de luchar con diversas situaciones, que me hacen constantemente preguntarme y reclamar por qué algunas cosas tienen que ser tan difíciles; me he preguntado qué espera Dios de mí, dónde está en medio de tantos obstáculos y dificultades. Hoy el Señor me invita a cambiar el enojo y la frustración por la humildad de saberme frágil y limitado, asumir que pocas cosas dependen de mí y que lo único duradero y sólido es Él mismo. Y a tener esperanza en que siempre llega la Resurrección, aunque tal vez en el momento y maneras que no llego a imaginar.

Querido Jesús, Tú viniste entre nosotros para mostrarnos que Dios está presente en la historia, que nos ama, y que quiere que todos tengamos la verdadera Vida, esa que sacia nuestras necesidades más profundas. Dame la fe de siempre recordar que, en los momentos más oscuros, es cuando más tengo que aferrarme a Ti, ya que estás siempre ahí para recibirme; que puedo buscarte aunque no entienda nada de lo que ocurre a mi alrededor. Y sobre todo, te pido la fe de saber que me abandono en Ti, me espera siempre la Resurrección.

AMÉN

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