Evangelio miércoles 5 de enero

Martes 4 de enero de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga

5 de ENERO DEL 2022

Evangelio según San Marcos capítulo 6, 45 - 52

Miércoles después de Epifanía

Inmediatamente Jesús ordenó a sus discípulos a que subieran a la barca y lo fueran a esperar a Betsaida, a la otra orilla, mientras él despachaba a la gente. Jesús despidió, pues, a la gente, y luego se fue al cerro a orar. Al anochecer, la barca estaba en medio del lago y Jesús se había quedado solo en la tierra. Jesús vio que los discípulos estaban agotados de tanto remar, pues el viento les era contrario; antes de que terminara la noche fue hacia ellos caminando sobre el mar, como si quisiera pasar de largo. Al verlo caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y su pusieron a gritar, pues todos estaban asustados al verlo así. Pero Jesús les habló: "Animo, no teman, que soy yo." Y subió a la barca con ellos. De inmediato se calmó el viento, con lo cual quedaron muy asombrados. Pues no habían entendido lo que había pasado con los panes; tenían la mente cerrada.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Animo, no teman, que soy yo."

Pareciera que Jesús nos dice: Hay muchas maneras en que puedo aparecerme no solo a mis discípulos durante el tiempo mío en Israel, sino también ahora. No son apariciones que asusten porque son apariciones indirectas, en que estoy en el que sufre y sana, en el que asume con paz su dolor, en el que ama y sirve sin aspavientos ni echando en cara, en el Santísimo Sacramento. No olviden nunca la frase de los primitivos cristianos: " Viste a tu hermano, viste a Cristo". Estoy en la eucaristía, para que en silencio me adores, pero estoy también y permanentemente en tus hermanos.

Detrás de este trozo del evangelio hay un llamado a encontrarse con Jesús en formas distintas. A no asustarnos cuando aparece en el rostro de un mendigo sucio y harapiento que nos pide unas que viene sea un año de , o en la presencia silenciosa de una madre amamantando a su hijo. EL se acerca a nosotros en tantas ocasiones de la vida diaria que puedo y debo agradecerle por su cercanía tan humana pero no menos real. Todo en la vida es posible encuentro con Jesús, ocasión de adorarlo, de servirlo y de amarlo.

Bendito seas Señor Jesús porque el que tiene más interés de estar en nuestra cercanía eres Tú con el Padre y el Espíritu Santo. Que no se apague nunca de nuestro corazón la conciencia de que la Trinidad nos aman infinitamente, que te duelen nuestra traiciones y caídas, pero que en Ti no hay rencor sino siempre misericordia, porque nos quieres precisamente porque somos débiles y pequeños. Señor Jesús, que este año que viene sea un año bendecido. Con gracias de fidelidad y de filialidad.

AMÉN

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