Evangelio miércoles 7 de septiembre

7 DE SEPTIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 6, 20 - 26

Miércoles de la Vigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas!
Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!»

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre!"

Siento como si el Señor me dijera "ustedes como humanos nunca podrán comprender plenamente las lógicas y planes de Dios, que vienen de su infinita sabiduría. Ustedes intentan reducir la voluntad del Padre Eterno a sus propios criterios e ideologías, para reforzar lo que sus entendimientos limitados pueden o quieren aprehender, pero sin dejarse interpelar por el Padre. Si te sientes satisfecho de ti mismo, que tus necesidades están cubiertas, Dios no puede entrar en ti, aunque creas que actúas en su nombre. Ten siempre hambre de buscarlo, de convertir tu corazón".

En este período de tanta polarización, donde querer escuchar a otro es visto como un gesto de debilidad, tibieza o hasta traición, me cuesta mucho encontrar cuál es realmente la voluntad del Señor. ¿Debo ser como los "satisfechos", que se sienten del lado "correcto" y que consideran que el otro está mal? ¿Debo defender cierta posición sin tener en cuenta otros argumentos, o debo ponerme en el lugar del otro, buscando la verdad profunda de su opinión? Creo que el Señor me llama a no darme por saciado, sino a buscar siempre su voluntad y su Palabra, incluso en quienes considero que no son dignos de ser escuchados.

Señor, a veces me siento tan desorientado en medio de la tormenta alrededor mío. Me cuesta tanto identificar tu voz entre tantos que dicen hablar en nombre del Amor, de la Paz o de la Justicia. Regálame la gracia de no darme nunca por satisfecho, de no olvidar que siempre habrá cosas y realidades que no podré comprender hasta que me encuentre finalmente contigo. No permitas que deje de tener hambre de ti, de trabajar por tu Reino, te pido la sabiduría para saber dónde buscarlo en medio de la confusión.

AMÉN