Evangelio viernes 15 de diciembre

Viernes 15 de diciembre de 2023 | Alejandra Castelblanco

15 de diciembre del 2023

Evangelio según San Mateo 11, 16-19

Viernes de la segunda semana de Adviento

¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: '¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!'. Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores'. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras".

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"'¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ".

Jesús parece decirnos: hoy los invito a agudizar los oídos. No hay que mirar cosas que no se ven ni escuchar sonidos donde no los hay. Los invito a reaccionar con el sentido correcto para cada caso. Estamos en adviento, tiempo de preparación y espera, la invitación es a olvidar las distracciones del mundo y aprender a esperar activamente, ya que algo grande está por suceder. Desarrollen sus sentidos y eduquen sus actitudes. Hagan lo que corresponde para cada caso y así estarán acordes al querer del Padre.

Cada día me convenzo más que hay que ser como los niños. Ellos son espontáneos, si a ellos les hubieran tocado la flauta, seguro bailan. Este tiempo es de espera, pero no una espera pasiva de solo contar días sino de de preparación interior, de proponerse acciones que preparen el corazón. Sin embargo, se corre más que nunca y es fácil salirse del centro. ¿Cómo hacerlo? Creo que algo que puede ayudar es mirar el pesebre que tengo en la casa, cada día mirar una figura diferente de él y tratar de adentrarme en este maravilloso misterio del nacimiento del Salvador en un humilde pesebre. ¡Ese será mi propósito!!!

Querido Señor: eres tan concreto, claro y pedagógico. Nos pides que bailemos en las fiestas y lloremos en la pérdida. Qué más fácil que eso y sin embargo no lo hacemos. Somos porfiados y nos complicamos. Que este adviento, en que te esperamos como niño, cultivemos un corazón de niño: espontáneo, alegre y confiado. Solo Tú puedes entregarnos ese don con tu nacimiento. Trataré de cumplir mi propósito para preparar mejor mi corazón en este adviento. Gracias por este maravilloso tiempo.

AMÉN

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