Evangelio viernes 2 de septiembre

Viernes 2 de septiembre de 2022 | Alejandra Castelblanco

2 DE SEPTIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 5, 33 - 39

Viernes de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, los escribas y los fariseos dijeron a Jesús: "Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben". Jesús les contestó: "¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar". Les hizo además esta comparación: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más.
¡A vino nuevo, odres nuevos! Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor".

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

¡A vino nuevo, odres nuevos!

Jesús parece que dijera: vivan tranquilos, mirando su interior y descubriendo el plan del Padre en cada cosa que les toque enfrentar. No pierdan tiempo en mirar para el lado, en compararse con el vecino. Esto solo trae descontento porque tenderán a mirar solo lo sorprendente y no lo que va en el interior. Aprender a vivir conforme a lo que cada uno es, a lo que cada uno tiene, trae tranquilidad y confianza. En otras palabras, para cada ocasión hay un comportamiento que corresponde, no se confundan: "A vino nuevo, odres nuevos".

Me toca repetir tanto a los niños en clases: "Eso no corresponde". Es un llamado a la calma a que busquen la actitud correcta, a que se den cuenta que para cada ocasión hay una postura y comportamiento adecuado. A mí me pasa igual, muchas veces siento que Jesús me dice: "Eso no corresponde". Cuando me hago la sorda y no ayudo a alguien que me necesita, cuando contesto mal o pienso que tengo derecho a cansarme y ser pesadita cuando me hablan o me sacan de mi comodidad. Creo que partiré por revisar cómo amanezco, creo que amanecer agradecida y alegre es lo que corresponde.

Gracias Señor por hacerme reparar en lo cotidiano, en los detalles de cada día, en proponerme mejorar en pequeños detalles, para ir creciendo en este caminar al Padre. Gracias por darme la posibilidad de descansar cada noche, de poner en pausa los problemas y dormir con confianza. Hazme despertar con alegría y agradecida de poder vivir un día más a tu servicio. Que lo que me propongas lo asuma con cariño y pueda actuar conforme a tu voluntad, al ejemplo de nuestra Madre María.

AMÉN

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