Evangelio viernes 31 de diciembre

Viernes 31 de diciembre de 2021 | Alejandra Castelblanco

31 de DICIEMBRE del 2021

Evangelio según San Juan, capítulo 1, 1 - 18

Viernes, día Séptimo de la Octava de Navidad

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo". De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros."

Jesús parece decir: Dios, Palabra, Carne. Tres palabras claves, unidas indisolublemente. Dios creó el mundo a través de la Palabra y Yo soy la Palabra. Lo que Él decía, se creaba. Así fue que llegó a crear al rey de la creación: El Hombre. Lo pone por sobre todas las otras creaturas y le regala la administración de cada elemento que se creó. La encarnación de la Palabra, intangible, sucede con mi nacimiento en Belén. Yo vine a guiar esa administración de la creación, a mostrar el camino, para que vuelvan al Padre y sean plenos. Yo habito entre ustedes, mírenme estoy a su lado.

Este pasaje, que la palabra se haga carne, es difícil de entender. Cuando le explico esto a mis alumnos, les digo que Dios habló, dijo palabras para crear. Ellas se transformaron en cada uno de los elementos creados. Jesús, salió del Padre, pero es uno con El. Y es la Palabra por excelencia, es el hijo de Dios, hecho carne. Si trato de unir esto, a mi vida, creo que la clave está, en convertir mis palabras en palabras de vida, que lo que salga de mí, sea alabanza, agradecimiento, bondad, palabras de vida.
Querido Señor: gracias por hacerte hombre, por vivir entre nosotros. Me acerca tanto a lo sobrenatural, el hecho que hayas vivido en la tierra. Sabes cómo se aprende a vivir y lo mejor, es que lo haces de una manera pedagógica, para que aprendamos a hacerlo de la misma forma. Regálame sabiduría para escoger cada palabra que salga de mí, que siempre sean palabras de vida, que hagan feliz al otro. Señor, no permitas ni dejes que jamás me separe de Tí.

AMÉN

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