Exilio y liberación del Padre Kentenich

Aprovechando que yo estaría durante todo el mes de julio 2011 en Chicago, me propuse estudiar la historia de los años de exilio de nuestro Padre y Fundador mientras él estuvo viviendo en la casa provincial de los Padres Palotinos, 5424 West Bluemound Road, Milwaukee, Wisconsin, entre el 21 de junio de 1952 y el 16 de setiembre de 1965. La pregunta que me formulé una y otra vez fue: ¿por qué el Santo Oficio dejó en libertad al Padre José Kentenich el 20 de octubre de 1965 (decisión ratificada dos días después por el Papa Paulo VI)? Y llegué a la conclusión de que había sido por su forma de entender la autoridad eclesiástica y por su forma de obedecer durante esos 13 años de exilio. En una ocasión, el 9 de febrero de 1965, el Padre escribió en respuesta a las preguntas que le formulara el P. Harold Liebl, provincial de la Provincia Madre de Dios... ... (Leer también una pequeña reseña biográfica del Padre Kentenich)

| Eduardo Arnouil Eduardo Arnouil

(Leer también una pequeña reseña biográfica del Padre Kentenich)

Aprovechando que yo estaría durante todo el mes de julio 2011 en Chicago, me propuse estudiar la historia de los años de exilio de nuestro Padre y Fundador mientras él estuvo viviendo en la casa provincial de los Padres Palotinos, 5424 West Bluemound Road, Milwaukee, Wisconsin, entre el 21 de junio de 1952 y el 16 de setiembre de 1965.

La pregunta que me formulé una y otra vez fue: ¿por qué el Santo Oficio dejó en libertad al Padre José Kentenich el 20 de octubre de 1965 (decisión ratificada dos días después por el Papa Paulo VI)? Y llegué a la conclusión de que había sido por su forma de entender la autoridad eclesiástica y por su forma de obedecer durante esos 13 años de exilio.

En una ocasión, el 9 de febrero de 1965, el Padre escribió en respuesta a las preguntas que le formulara el P. Harold Liebl, provincial de la Provincia Madre de Dios, que su obediencia al Santo Oficio "ha sido siempre moral-teológicamente correcta, ascéticamente de un alto nivel, estratégicamente ejemplar."

También, el Padre alude a su conversación en 1964 con el visitador nombrado por la Congregación para Religiosos, P. Hilary Albers, O.P. afirmando: "mi interpretación de la obediencia fue observando lo enseñado por Santo Tomás y practicado en la orden de los Dominicos; fue en armonía con el ´sentire cum ecclesia´, incluso en los menores detalles, como se puede apreciar en la más nueva concepción de la Iglesia en el Concilio Vaticano II."

La prehistoria del exilio del P. Kentenich comienza con la crítica y resistencia frente a Schoenstatt, que se manifiesta en el seno de la Conferencia Nacional de Obispos, en Alemania, tanto en su reunión de otoño de 1948 como a principios de febrero de 1949. Entonces se hicieron gestiones ante la diócesis de Trier, donde se encuentra Schoenstatt, para hacer una visitación canónica.

La visitación canónica a Schoenstatt se anunció el 14 de febrero y tuvo lugar entre el 19 y el 28 de febrero de 1949. Se centró especialmente en el Instituto Secular Hermanas de María, y fue encomendada al obispo auxiliar de la diócesis de Treveris, Bernhard Stein.

Su informe oral fue muy positivo pero en su informe escrito, enviado al P. Kentenich, el obispo Stein había expresado ciertas reservas de índole pedagógica. Hizo observaciones relacionadas con la práctica de la obediencia, la libertad, llamar a Schoenstatt una ocupación favorita de Dios, la forma cómo se vivía la infancia espiritual, etc. Una buena parte de su criticismo se centraba en la relación del P. Kentenich con los miembros de las comunidades de Schoenstatt. En su opinión, la relación que existía era demasiado intensa y cercana, restringiendo independencia y autonomía y produciendo una primitiva infancia espiritual que se debía demasiado a la personalidad fascinante del fundador.

Cuando el P. Kentenich recibió el informe del obispo Stein (el 11 de mayo de 1949, en Uruguay) no pudo permanecer en silencio. Su misión y concepción de autoridad paternal pertenecían al núcleo central de su mensaje profético, ya que su gran contribución a la renovación de la Iglesia y de la sociedad radica en ayudar a la formación de un verdadero espíritu de familia.

Él decidió escribir su famosa "epistola perlonga" no sólo para defender sus principios sino porque, por lealtad, se sintió obligado a advertirle a los obispos (de Alemania) en general que si fallaban en aprender a ejercer su autoridad de una manera paternal como él hizo, la Iglesia arriesgaría muy pronto tener una crisis de desobediencia a los obispos, especialmente de parte del clero.

El P. Kentenich quedó en libertad el 22 de octubre de 1965, cuando el Papa Paulo VI ratifica la decisión del Santo Oficio del 20 de octubre que libera al Padre de todas las prohibiciones.

Desde entonces hasta su fallecimiento, el 15 de setiembre de 1968, el P. Kentenich se refiere en incontables oportunidades a la Iglesia post-conciliar y al estilo de autoridad y de obediencia que va a ser necesario implementar. A la vez, afirma que Schoenstatt es un caso preclaro y que se ha anticipado a lo promulgado por el Concilio.

El paradigma que nos muestra el P. Kentenich nos permite verificar cómo el ejercicio de la autoridad y el estilo de obediencia le permitieron vivir y profundizar al máximo su Alianza de Amor.

Eduardo Arnouil
2011
Comentarios
Los comentarios de esta noticia se encuentran cerrados desde el a las hrs