IMPACTOS ASIMÉTRICOS DE LA GLOBALIZACIÓN

Las actividades que he desarrollado en los últimos años me han vinculado a los temas internacionales y al fenómeno de la globalización. Así, como Comandante en Jefe del Ejército, cuando esta instituci...

| Juan Emilio Cheyre Juan Emilio Cheyre
Las actividades que he desarrollado en los últimos años me han vinculado a los temas internacionales y al fenómeno de la globalización. Así, como Comandante en Jefe del Ejército, cuando esta institución se relacionó con países remotos tuve la ocasión de abrir nuestras representaciones en Turquía, Rusia e India, y visitar China y Corea, entre otros países. También, me correspondió representar al primer y único Ejército de América Latina en participar en la Conferencia de Ejércitos del Asia Pacífico, el año 2005 en Tailandia, privilegio que hasta la fecha mantiene nuestro país. En esa oportunidad, se generaron encuentros bilaterales con los ejércitos de Sri Lanka, Nepal, Vietnam, Malasia, Nueva Zelanda y otros provenientes de naciones con las cuales no teníamos mayor cercanía. Desde abril de 2006 a la fecha, la responsabilidad de fundar y organizar el Centro de Estudios Internacionales de la PUC me ha mantenido, ahora en una dimensión académica, vinculado justamente al entorno internacional. Con este relato, pretendo fundamentar, como testigo directo, algunas características del mundo globalizado. Una de ellas es que frente a la inmediatez con que conocemos acontecimientos de distinta índole, frente a algunos de ellos reaccionamos asignándoles gran relevancia, mientras que a otros, prestamos poca atención, independientemente de la real significación o magnitud de los hechos que originaron la noticia. Una prueba de cómo funciona el proceso puede observarse en la reacción de la opinión pública en relación a la actual crisis financiera que como reguero de pólvora alcanzó en poco tiempo todos los rincones del orbe. Así, se ha hecho sentir su efecto en el empleo, la actividad productiva y las finanzas, sin respetar fronteras y alcanzando a países grandes, pequeños, desarrollados o sub desarrollados. Otro caso es el de la reciente fiebre humana la cual se extendió por el mundo, produciendo alarma internacional, pero así mismo, generando medidas de control y prevención, que tal como el seguimiento a los posibles portadores las conocemos al momento. Un último ejemplo, los triunfos de Fernando González los disfrutamos en forma instantánea y hemos estado conectados con París como si estuviéramos en Roland Garros. Todos hechos de alto impacto y como tales acaparan nuestra atención. Muchos de nuestros lectores se preguntarán ¿y a dónde va este señor con estos cuentos? A algo muy simple: pese a todo lo anterior algunos datos nos importan y otros simplemente los ignoramos, incluso borrándolos de nuestras mentes. Es que muchas veces le damos más importancia a un hecho que ha sucedido a más de 12.000 km de distancia y no vemos o no queremos ver otro que sucedió en la casa, en el pueblo, ciudad o barrio donde vivimos.Probemos la hipótesis que he resumido. Nos conmovieron y asustaron los primeros 65 muertos en el mundo supuestamente por la gripe humana. Sin embargo, y sin causar mayor conmoción, esa misma semana morían 20 seres humanos diarios por el narco terrorismo en Guatemala, y sólo en un fin de semana largo en Chile morían entre accidentes y crímenes un número mayor que los fallecidos por la A(H1N1). Así también, ha sido titular y tema de discusión el caso del militar americano muerto en Irak que completó las 5.500 bajas, sin embargo, desconocemos que allí mismo han muerto más de 100.000 civiles. Basta de datos y permítanme una conclusión. Creo que en este mundo globalizado estamos viendo lo que queremos ver o lo que se nos muestra. Nuestra percepción se fija en los hechos que son vistosos comunicacionalmente y no necesariamente los de mayor gravedad o efecto. También nuestros ojos, mentes y lo que es más grave nuestros corazones están más propensos a llorar, conmoverse, y sentir pena o solidaridad por aquello nos afecta emocionalmente al verlo en titulares o en la pantalla. Sin embargo, pasamos "olímpicamente" indiferentes ante hechos que pueden estar al lado nuestro, es decir en la propia familia, en nuestro trabajo, en la comunidad a la que pertenecemos. Lo planteado sólo tiene un propósito y es hacer conciencia de la importancia de vivir, disfrutar y aportar con nuestra cuota para desarrollarnos mejor en este mundo globalizado; para mantener la mirada en el aquí y ahora. Cuidémonos de convertirnos en expertos de lo lejano e ignorantes de aquello que está pasando ante nuestros ojos. La tentación es fácil porque como seres humanos somos sensibles a aquello que está a la distancia donde poco podemos hacer y por tanto nos sorprendemos, emocionamos y sufrimos ya que prácticamente no tiene costos reales. Superarnos y recuperar la sensibilidad con quienes nos rodean y nuestro entorno es una tarea que llama a quienes tenemos el privilegio de ser cristianos. Estimo que no hay mejor fórmula que preguntarnos ante cada caso y cuando tenemos posibilidad de actuar, qué haría Cristo en nuestro lugar y seguir su ejemplo de infinito amor y entrega. Juan Emilio CheyreDirectorCentro de Estudios Internacionales UC
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