Jornada de Matrimonios en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

  En la víspera de la Semana Santa, ya teníamos programada la Jornada de Matrimonios enfocada a la Alianza de Amor con María. Eran las nueve de la mañana, cuando alrededor de 20 matrimonios llegábamos a la Casa de Espiritualidad “Juan Pablo II” en la localidad de la Guardia, distante 23 Km. de la capital cruceña (Bolivia). Dorys, Jefa de Rama, como buena anfitriona nos esperaba para asignarnos nuestras habitaciones, donde fuimos sorprendidos con un bello mensaje de inspiración para comenzar la jornada con buen ánimo y generosidad.

| Mauricio Aguilera Mauricio Aguilera

 

 

En la víspera de la Semana Santa, ya teníamos programada la Jornada de Matrimonios enfocada a la Alianza de Amor con María.

Eran las nueve de la mañana, cuando alrededor de 20 matrimonios llegábamos a la Casa de Espiritualidad “Juan Pablo II” en la localidad de la Guardia, distante 23 Km. de la capital cruceña (Bolivia).

Dorys, Jefa de Rama, como buena anfitriona nos esperaba para asignarnos nuestras habitaciones, donde fuimos sorprendidos con un bello mensaje de inspiración para comenzar la jornada con buen ánimo y generosidad.

Iniciamos con un hermoso momento de oración y adoración al Santísimo Sacramento. A medida que iban llegando los demás matrimonios, éstos se iban contagiando del espíritu de oración, mientras se acoplaban a los cantos y plegarias.

A partir de las 11 de la mañana comenzamos las pláticas del Padre Rafael Fernández, con el tema de la Alianza Providencialista; y a partir de ese momento recorrimos de manera maratónica los fundamentos de la espiritualidad schoenstatiana.

Fueron dos días intensos para conocer más al Padre José Kentenich y su profunda relación con María; lo cual nos sirvió de inspiración para reafirmar nuestro compromiso con la misión, sintiendo y vivificando en nuestros corazones el llamado de Dios.

Logramos estrechar vínculos de amistad y hermandad, de revisar juntos nuestros planes y proyectos, y de motivarnos para hacer frente a los desafíos que tenemos por delante.

Fue un fin de semana inolvidable. Tuvimos momentos de oración y de celebración eucarística, como la ceremonia de ramos. Las charlas del padre Rafael, como siempre muy motivadoras y ricas en vivencias y contenido. La alegría y entusiasmo de la hermana Maria Angélica fueron determinantes para darle un marco de calidez y confraternidad al encuentro, donde también nos acompañó siendo una gran animadora en la noche de talentos, en la que cada uno sacó a relucir al artista que lleva dentro (durante la velada el padre Rafael aprovechó para tomar una merecida siesta).

En fin, mucho que recordar y, sobre todo, mucho que agradecer al Dios de la vida, que nos ha dado a su Hijo Jesucristo: camino, verdad y vida. Y junto a su Hijo nos ha dado a Maria, don de Dios, con quien hemos convivido estos días. Viviéndola y sintiéndola de una manera especial, en el latir del corazón del Padre José Kentenich.

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