La juventud de San Fernando en acción luego del terremoto en Chile

Entre el miércoles 3 y el viernes 5 de marzo, conmovidos por la gran catástrofe que azotó al país, la juventud masculina y femenina del Santuario Las Rosas de María (San Fernando)

| Mauricio E. Donoso Mauricio E. Donoso

Entre el miércoles 3 y el viernes 5 de marzo, conmovidos por la gran catástrofe que azotó al país, la juventud masculina y femenina del Santuario Las Rosas de María (San Fernando) quiso poner sus manos al servicio de todas las personas del sector rural más cercano al santuario: la localidad llamada Roma.

En la región del Libertador O'Higgins, el terremoto del pasado sábado 27 de febrero causó serios daños estructurales en algunas viviendas, especialmente en las de materiales como el "adobe". Muchas de ellas fueron rotuladas como "no aptas para supervivencia", lo que significa que deben ser demolidas a la brevedad posible. Como rápida respuesta a este problema, los propietarios de estas viviendas han decidido rescatar la mayor cantidad de material antes de destruirlas. Es aquí donde se hace prsente la principal ayuda de la juventud de San Fernando.

Luego de reconocer los diferentes sectores rurales de Roma, La Marinana, Los Baños, Los Lingues y Lo Carreño, a través de un "puerta a puerta", se fueron detectando las necesidades fundamentales. Asimismo, el día viernes 5 por la tarde, dos grupos de la juventud masculina viajaron hasta la comuna aledaña de Placilla para apoyar el trabajo de otros voluntarios y del municipio local, donde con trabajos de limpieza de tejados y escombros, y apoyo a las familias a través de la oración, se continuó dando respuesta a este Chile del bicentenario: el Chile necesitado, pero "unido".

PUERTA A PUERTA
Esta modalidad ya es característica de las misiones en Chile. Es la instancia que marca ese "primer encuentro" con la gente y que, además, es la oportunidad clave para conquistarla. Así, permite mantener el contacto y las visitas durante la misión o apostolado.

En los lugares que visitamos durante este "puerta a puerta" nos encontramos con casas que no tenían mayor daño en su infraestructura, lo que permitió tiempo para la convivencia y oración con las familias, para finalmente dedicar nuestro tiempo a las casas más dañadas. Era impactante ver los muros en el suelo de una casa que, hace solo unos días, era el hogar de una familia. Esto nos motivó a remover escombros, recuperando todo lo que pudiera ser útil, ordenar muebles, sacar techumbres, barrer, palear, ordenar tejas y hasta entretener a los niños de la casa.

En todas estas familias percibimos una gran fuerza para enfrentar la situación y nos sorprendió su gran corazón al compartir lo poco que tienen, un vaso de jugo o un plato de comida, para agradecer lo que hacíamos por ellos. El trabajo se prolongó los días jueves y viernes, dando esperanza, tranquilidad, optimismo y alegría para seguir adelante. Uno de los jóvenes destacó "pusimos todo nuestro esfuerzo y energía para que todas aquellas personas que se quedaron sin casa, o con la mitad de ellas, se sintieran apoyadas y acompañadas".

DESDE TEMPRANO EN EL SANTUARIO...
Todos los días a las 8 de la mañana se comenzó cada jornada con la llegada al santuario. Rápidamente los jefes de rama, Trinidad Giesen (juventud femenina) y Matías Soffia (juventud masculina), junto al Padre asesor P. Patricio Ilabaca, PSch, ordenaron las ideas y proyectos para cada jornada. Luego la oración y el "¡vamos Chile!" para partir en camionetas y autos hasta los lugares de trabajo.

Luego de cada jornada, a las 19:30 se rezó un rosario, y a las 20 horas se celebró la Santa Misa junto al P. Patricio, que nos motivó y asesoró en este apostolado.

Conjuntamente, la rama de Familias de Schoenstatt en San Fernando se encuentran desarrollando un apostolado en apoyo a los damnificados por el terremoto en toda la provincia de Colchagua (a la que pertenece San Fernando), en comunas como Chépica, Placilla, Pumanque, Lolol, Peralillo y Santa Cruz.

También en Santa Cruz se encuentra la juventud masculina del Santuario de Campanario (Las Condes, Santiago de Chile), desarrollando el proyecto "Arriba Chile 2010".

TESTIMONIO DE UN JOVEN DE SAN FERNANDO

"Nosotros, los jóvenes, no pudimos quedarnos con los brazos cruzados; sentimos la inquietud de ayudar a los que lo necesitaban, incluso jóvenes católicos que no son parte del movimiento quisieron integrarse, y juntos repartimos esperanza a nuestra comunidad".

"Después de estos días hemos sentido que podemos reconstruir Chile, no sólo materialmente, sino también espiritualmente, recordando que somos un país de hermanos".

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