La Juventud Ignorante

¿Qué es la ignorancia?, esta se define por algo que se desconoce, parte de la juventud de hoy es ignorante porque se suma al grupo y no es capaz de tomar sus propias decisiones o determinaciones de su vida, es decir, no toma las riendas de su existencia, marcha por el colectivismo que ya nos decía el Padre Kentenich. Sin embargo, existen jóvenes con la espiritualidad y bases necesarias para ser distintos.

| Marcelo Lizana Ovalle Marcelo Lizana Ovalle

¿Qué es la ignorancia?, esta se define por algo que se desconoce, parte de la juventud de hoy es ignorante porque se suma al grupo y no es capaz de tomar sus propias decisiones o determinaciones de su vida, es decir, no toma las riendas de su existencia, marcha por el colectivismo que ya nos decía el Padre Kentenich. Sin embargo, existen jóvenes con la espiritualidad y bases necesarias para ser distintos, pero muchas veces cuando vemos que esos jóvenes que podrían sentirse llamados a ser unos enamorados de la Mater, lamentablemente porque nadie les ha hablado de ella, muchos están solos y buscan en forma de compensación la compañía de grupos de “amigos” que en vez de potenciar sus fortalezas, potencian sus debilidades disfrazándolas de pasarlo bien, comparten en lugares y con personas que no aportan nada, absolutamente nada  a sus vidas, sin darse cuenta como pasa el tiempo, un tiempo que es muerto porque no hay productividad, ni crecimiento profesional, personal y mucho menos espiritual. Es aquí cuando surge la interrogante de lo distinto que sería si estos jóvenes tuviesen acogimiento, el cual cambie sus vidas para siempre, no solamente por una idea o forma de ver la vida distinta sino por una pedagogía de vida, es decir, una forma de VIVIR la vida distinta, donde puedan crecer en todos los ámbitos de su vida y de esa manera llegar a ser dueños de sí mismos.

 La respuesta y esperanza desde nuestra espiritualidad radica en nuestra querida Juventud Apostólica de Schoenstatt, por medio de sus ramas femenina y masculina, me referiré a esta última, jóvenes como cualquier otro, pero que en sus vidas han tenido la valentía de decir si a la Mater, coronarla como su reina a la cual le entregan su vida y todo lo que la envuelve, sellan una alianza de amor en donde se comprometen a una nada sin ti, nada sin nosotros, porque se han sentido cobijados en el Santuario, ella ha transformado sus vidas y los envía a cambiar el mundo con toda la fuerza de su juventud, en un mundo tan obscuro, nuestros jóvenes representan el faro que ilumina el camino en medio de su mundo, no porque sean perfectos, pues no lo son, sino por la caridad, por esa alegría que transmiten desde el Santuario que nutre su alegría hasta desbordarla en su entrega, basta con escucharlos cantar dentro del Santuario para ver la fuerza y vigor de su fidelidad a su Reina, si le mostramos esto a un joven, inevitablemente se preguntará, ¿qué les pasa, de donde les surge esa alegría y fuerza a sus vidas? ¿Qué hay detrás de esto?. En definitiva sienten y viven esa atmósfera de “…es como si el ambiente del hogar nos rodeara” (PJK).

El Padre nos llama a formar comunidades de elite para crear un nuevo orden social, una elite que no se define en su nivel económico o capacidad intelectual precisamente, sino el mismo nos habla que cuando se hable de la influencia de Schoenstatt en el mundo, tendrán que explicar que este influjo no está en la red de organización sino en la extraordinaria dinámica de la corriente de vida schoenstattiana que brota desde el Santuario y corre a través del territorio llevando consigo, si es posible, todo tipo de naves, barcos para retornar nuevamente hacia su fuente. Luego de que la Mater los transforma, también los envía, de aquí ellos cambian su forma de enfrentarse al mundo más seguros, pues se conocen y se sienten seguros de la victoria, aquí se vinculan a sus amigos, hermanos de grupo o muchas de sus futuras esposas y forman su familia, rodeándose de  esa comunidad, familia o Iglesia en pequeño que nos decía el padre, conociendo a personas grandiosas que nutren sus vidas, y luego entregan este regalo y amor para el mundo. Hay jóvenes cuyas almas están esperando conocer Schoenstatt para encontrar un sentido real a sus vidas en Cristo, el problema es que pese a lo grande que se ha expandido nuestra familia, todavía hay afuera muchos jóvenes que podrían sentirse llamados a nuestra espiritualidad, pero que no la conocen, el llamado es que con el paso del tiempo debemos estar vinculados a ese tiempo de juventud, y cuando veamos jóvenes con las actitudes para ser parte de nuestra familia, debemos estar atento a las voces de Dios que nos indican cuando y como invitarlo, sin que se asuste a este primer encuentro, pues primero debe sentirse acogido, una vez dado este paso, deberá demostrar su valentía en decir SI a nuestra Mater. Cuantas veces nos hemos preguntado ¿este joven es bueno y con capacidades distintas  a los demás, qué distinta seria su vida si conociera el misterio y regalo de Schoenstatt?

 

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