La más bella de las malezas

En la cálida biblioteca del colegio Mariano de Schoenstatt, un grupo de profesionales vinculados a la educación, convocados por la Corporación CORDIS, nos reunimos a reflexionar y compartir el pasado sábado 17 de mayo.

Más allá y por cierto, antes del ordenamiento intelectual más sistemático, los gestos del Padre Kentenich perduran por la trasmisión de la experiencia. Del tesoro pedagógico que alimenta el trabajo de las Hermanas Marianas, la orientación paternal del educador es una fuente de sabiduría , una cantera desde donde obtener principios y criterios para el trabajo habitual y aquel que plantea exigencias extraordinarias. El relato ajustado a la experiencia de una joven hermana educadora, motivó el intercambio de la mañana. Vamos a lo nuestro, la situación que aflige a la hermana, no encuentra una respuesta concreta del Padre, la respuesta a la experiencia de dolor, de haber sancionado con dureza a un alumno por no haber respondido a la solicitud de traer flores, no encuentra una respuesta explícita, no le dice debes hacer lo siguiente, sino la conmina a reparar lo sucedido, la alienta a buscar el camino que restablezca la dignidad y la confianza.

En el tránsito al colegio la joven hermana encuentra el medio para sanar el daño, y de paso autoeducarse en la humildad. "Eres una maleza" había sido la descarga proferida, la ofensa propinada... El regalo de un dedal de oro, la más bella de las malezas, hizo posible para el niño el reencuentro con su dignidad, el gesto de delicadeza de la hermana, sería reconocido más tarde, siendo él adulto le confiesa lo crucial de una experiencia válida para toda la vida.

El trabajo de taller entre los participantes permitió reconoce las claves del gesto pedagógico del Padre: asumir la situación en toda su objetividad, ponerse en el lugar del otro, reconocer la implicancia del trato de quien tiene autoridad en los alumnos, las repercusiones en el grupo de lo obrado por el profesor, la necesidad irreductible de asumir la responsabilidad por el otro, la pedagogía como mediación del amor, la restitución de la confianza, la figura de la paternidad, entre otras claves que con afán fueron puestas en la mesa, con el gozo de enterarse de la audacia y la profundidad de la propuesta siempre renovada del Padre.

En la segunda parte del encuentro conocimos de boca de sus protagonistas tres experiencias educativas que buscan desde el Padre inspirar el quehacer educativo. La hermana Lorena Sarria, subdirectora del colegio Mariano, llena de entusiasmo nos transmitió la experiencia de una comunidad educadora que ha venido desde hace años perfilando la identidad de un colegio con una impronta mariana para los tiempos más nuevos; Cristián Araya, madrugador de Reñaca, nos mostró y nos habló del sentido de un colegio cuyo esmero es brindar oportunidades ciertas a alumnos y familias de sectores deprivados, de la importancia de forjar una comunidad de profesores dignificados y orientados a plasmar en un proyecto concreto el querer del Señor para niños, niñas y jóvenes concretos. Cerró el panel Diego Dip profesor del colegio Pablo Apóstol y animador de una experiencia apostólica centrada en un pre universitario para jóvenes de bajos ingresos.

Las tres experiencias recogen la inspiración del Padre y testimonian el sentido de una trabajo evangelizador en educación, tarea que ha asumido CORDIS, como un grupo de profesionales cuyo compromiso primordial apunta a animar y fortalecer la educación de los colegios de inspiración católica principalmente de los sectores vulnerables del país.

Así despedimos este primer encuentro con el compromiso de reencontrarnos próximamente para seguir profundizando en el ideario pedagógico del Padre.

Para mayor información sobre Cordis, visite www.cordis.cl