Lecciones de una experiencia compleja

Desde Chile, Isabel Valenzuela narra su experiencia en el pasado Jubileo. Su pluma escribe sobre sentimientos encontrados, de alegría pero también de frustraciones. Un artículo profundamente honesto, que también nos plantea desafíos para el futuro.

Martes 23 de diciembre de 2014 | Isabel Valenzuela

Hay dos cosas que me tocaron, una que tiene que ver con un ruido interno que me acompañó durante los 3 años preparatorios y todo el 2014 y la otra, fue el encuentro en Roma, de la Familia de Schoenstatt, con el Papa.

Ruido interno (¿voz del alma?) durante estos cuatro años. Desde la Conferencia 2014 en Alemania en la que se elaboró el programa preparatorio del jubileo, se inició un ruido dentro de mí que no cesó de hacer bulla. A pesar de encontrar de un gran valor todo lo abordado, sucedido y acordado en aquella conferencia 2014, dentro de mí se inició un molesto ruido.

A decir verdad se inició antes que se iniciara la conferencia. Partió cuando supe quienes participarían en ella. Me llamó profundamente la atención y me molestó, el desequilibrio numérico entre los representantes laicos y consagrados que fueron convocados. Sentí que en esa conferencia, no estaba representada la familia de Schoenstatt. Había representantes de todas las comunidades pero no en la proporción que corresponde. En este sentido, consideré que el programa preparatorio acordado, tuvo desde sus inicios un sesgo, fue acordado mayoritariamente por miembros consagrados; sacerdotes, hermanas y Frauen que dedican gran parte de su tiempo a trabajar en, por y para el Movimiento y no representan la realidad mayoritaria de la Familia de Schoenstatt.

Por esto mismo, encontré que el programa fue muy exigente y extenso. Los schoenstatianos dedicamos estos últimos 4 años a peregrinar hacia el 2014, con un programa para cada año (bien pensado y planificado) con liturgias, jornadas y actividades que consumieron mucho tiempo de preparación o de simple participación, dejando muy poco espacio para entregar nuestro aporte en otros lugares. Así nuestra iglesia diocesana, esa iglesia a la que queremos servir, a la que queremos amar, a la que queremos regalar el carisma que se nos ha regalado, en muchos casos tuvo que seguir esperando nuestro aporte. ¿Por qué? Porque estábamos ocupados peregrinado hacia el jubileo. Esta situación se mantuvo durante estos 4 años y especialmente durante todo el año 2014.

Como Coordinadores de un Santuario, nos costó conducir a nuestra familia con un programa celebrativo, tan exigente en lo interno. Por una parte, se nos invitaba a compartir este programa con la familia que conducimos, somos schoenstatianos y también nosotros queríamos ser parte de esta gran fiesta!! Somos de aquellos que estamos en Schoenstatt porque nos sentimos llamados a transformar el mundo y la iglesia en un mundo y una iglesia más familia. Por otro lado, el Papa Francisco, nos insiste y nos invita constantemente a salir a las periferias, de una forma tan motivadora y tan urgente.

Compatibilizar el querer participar y unirnos a las corrientes de vida de la familia de Schoenstatt internacional y nacional sin descuidar nuestra participación y adhesión a las propuestas y programa de nuestra Iglesia universal y diocesana, fue una tarea difícil. Insertarnos y aportar nuestro carisma familiar en la Iglesia, había sido un acuerdo del Consejo de la Familia de Los Pinos, cuando asumimos la Coordinación; sentíamos que era nuestro deber, como schoenstatianos, como hijos de nuestro padre fundador, participar, insertarnos y aportar nuestro carisma familiar en la Iglesia. Por esto, fue difícil compatibilizar el programa propuesto y el de nuestra iglesia diocesana, ya que al mismo tiempo se iba despertando y desarrollando, "vida nueva", tanto en las distintas comunidades y ramas como en la "Familia de Los Pinos". Nos vimos obligados a escoger, a qué y cómo sumarnos, entre la enorme cantidad de iniciativas que se nos proponía desde el Team 2014, y a las que surgían desde nuestra propia familia y realidad como santuario. Sin planificación alguna, el año 2014, por el incendio vivido en Valparaíso, fuimos impulsados a vivir nuestra Alianza de Amor, con aquellos hermanos nuestros que estaban sufriendo en sus cerros.

Encuentro con el Papa

La celebración del Jubileo de Schoenstatt, terminó en Roma y esto no es casual. Terminó con un encuentro de esta Familia Espiritual; nuestra familia de Schoenstatt con el Papa Francisco. Nuestro Padre soñó, con una Iglesia Familia y el encuentro con el Papa fue eso; un encuentro de hijos con un padre, en un ambiente familiar, con preguntas y respuestas sencillas que fueron entregadas en nuestro propio idioma. Del Papa, me quedo con sus orientaciones que deben ayudarnos en estos próximos 100 años. Las resumo en una actitud; vivir descentrados (que fue siempre la actitud de la Mater) y en dos caminos que se encuentran y se dan la mano, se iluminan y se complementan; el camino de la santidad y el camino del encuentro; del acompañar "cuerpo a cuerpo".

En lo personal, este jubileo despertó un compromiso con el Schoenstatt del futuro, en dos aspectos:
Colaborar por un Schoenstatt más adulto: una Familia más representativa, con más presencia y compromiso laical.
Renovar mi aspiración a la santidad, poniendo la voluntad de Dios en el centro (FPDP) y acompañando cuerpo a cuerpo a quienes Dios me encarga en mi familia y tareas apostólicas.

Comentarios
Total comentarios: 3
26/01/2015 - 16:01:10  
Muy dispares ambos comentrarios. Jose Maria advierte del peligro de no entregar una voz independiente y valiente en las preguntas del Sinodo de Familia y Graciela Horga no esta "muy de acuerdo". Yo estoy de acuerdo y felicito a Isabel porque es esa su vivencia. Ciertamente que hay una libertad pasiva de implementar al modo de orden y otra es participar en la toma de decisions de programas.
Que no se detengan articulos como los de Isabel que estan reclamando participacion en esta hora del laico.
N.c. P. P. B. V.M.

John Hitchman
USA
19/01/2015 - 18:28:21  
Muy acertado el aporte de Isabel.
Vivimos una tensión interna, muchas veces difícil de solucionar, entre nuestras actividades internas y el llamado a entregar nuestro carisma a la Iglesia y el mundo.
La misma inquietud planteada en torno a la adecuada representatividad de la jornada de planificación está ahora vigente frente a las jornadas de evaluación y las conclusiones para la vida de la Familia.

JOSE MARIA FUENTES
Federación de Hombres - Chile
13/01/2015 - 11:28:40  
No estoy muy de acuerdo con esta reflexión, porque tuvimos libertad para implementar y llevar a la práctica todo lo que desde el Team 2014 nos fue remitido. Y podíamos y debíamos aplicarlo a nuestro trabajo apostólico.
La preparación y el Jubileo en sí hicieron mucha " bulla " positiva en todos los que nos entregamos de corazón a vivir lo que heredamos de nuestro PADRE Y FUNDADOR; y ahora comenzamos, en fidelidad creadora, a transitar el segundo siglo de Schoenstatt como nos pide el Santo Padre " EN ALIANZA, SALGAMOS AL ENCUENTRO ".

Graciela Horga
Federación de Madres- Argentina
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