Lo que nos dejó el Huracán Alex

    El pasado 1 de julio de 2010 amanecieron tres estados de México (Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas) asustados, desprotegidos, inundados y con muchísimos daños materiales.La llegada del Huracán Alex ya estaba alertada, lo estaban esperando y desalojaron a familias de sus viviendas con anticipación, gracias a esto hubo muy pocas vidas humanas que lamentar. Ver las escenas de gente que perdió todas sus pertenencias, su casa, sus muebles, autos; ver las imágenes de la ciudad y cómo la furia del agua había destrozado puentes, avenidas, bardas, como se desbordaban ríos, pero sobretodo ver el sufrimiento de la gente...

| Tity García (Monterrey, México) Tity García (Monterrey, México)

El pasado 1 de julio de 2010 amanecieron tres estados de México (Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas) asustados, desprotegidos, inundados y con muchísimos daños materiales.

La llegada del Huracán Alex ya estaba alertada, lo estaban esperando y desalojaron a familias de sus viviendas con anticipación, gracias a esto hubo muy pocas vidas humanas que lamentar.

Ver las escenas de gente que perdió todas sus pertenencias, su casa, sus muebles, autos; ver las imágenes de la ciudad y cómo la furia del agua había destrozado puentes, avenidas, bardas, como se desbordaban ríos, pero sobretodo ver el sufrimiento de la gente y la impotencia ante toda esta situación causa un sentimiento que nos conmueve a todos.

En Monterrey, el río Santa Catarina es muy grande, está seco y por cada uno de los costados pasan las avenidas más importantes que comunican con toda la ciudad y con varios municipios. Dentro del río había canchas de fútbol, campos de golf, ciclopista con muy buenas instalaciones, iluminación; ahí mismo estuvo el Papa Juan Pablo II en sus visitas a esta ciudad.

Este río tan grande se llenó hasta el punto de desbordarse y causó daños en las avenidas, puentes y pasos en desnivel, dejando varias áreas incomunicadas. Incluso estuvo cerrada la entrada a Monterrey varios días por el deslavamiento de los cerros y por las calles que se quebraron.

Nuestro Santuario de Schoenstatt, "María Camino al Cielo", está incomunicado en estos momentos por el deslave del cerro que hay que subir para llegar a visitar a nuestra Mater.

Muchas familias han tenido que ir a vivir a los albergues. La falta de alimentos, agua y medicamentos es la tónica. Algunas tiendas de conveniencia están ofreciendo las tres comidas diarias gratis para todos los damnificados; se han juntado muchos voluntarios para ir a lugares incomunicados a llevar despensas y agua. Van en motos o jeeps, para poder llegar hasta esa gente que espera que alguien los rescate.

Esta realidad que están viviendo estos estados nos hace reflexionar:
¿Qué nos quiere decir Dios a través de estos acontecimientos?
-Por una parte nos dice que nosotros somos frágiles, que nada podemos hacer para detener un desastre natural.

-Que no es tan importante lo material y todos los lujos que podamos atesorar en la tierra, que lo verdaderamente importante es conservar nuestra integridad, nuestros valores y la fe en Dios.

-Por otro lado, que estemos atentos a todo lo que está pasando en nuestro país, precisamente estos estados son los más inseguros actualmente.

Dios nos habla a cada uno en diferentes formas, existen tantas historias que definitivamente han cambiado la vida de muchos hermanos nuestros para bien, en medio de toda esta difícil situación que están viviendo. La clave es estar atentos.

Titi García
Monterrey, México

 

 

 

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