Los "winner de hoy"

La duración de las movilizaciones estudiantiles de los últimos meses en Chile echan por tierra varias de las teorías sobre la poca tolerancia al fracaso de nuestros jóvenes, que han resistido en sus manifestaciones más de lo que cualquiera hubiera profetizado. Pero al mismo tiempo este hecho levanta interrogantes nuevas sobre nuestra consistencia social.   Ciertamente no corren tiempos fáciles para los jóvenes. Hoy por hoy ser un “loser” es casi peor que algunos de los garabatos que conocí en mi juventud. Me explico, se les enseña a ser exitosos, a luchar por lo que quieren, a competir, a ser esforzados y a acopiar. Pero no se les enseña qué hacer cuando los anhelos se alejan cada vez más, cuando la porfiada realidad se resiste a la modificación, cuando nuestra débil naturaleza no aguanta, cuando las desilusiones en las relaciones personales angustian. De esta observación se suele sacar la síntesis...

| Padre Enrique Grez (Chile) Padre Enrique Grez (Chile)

La duración de las movilizaciones estudiantiles de los últimos meses en Chile echan por tierra varias de las teorías sobre la poca tolerancia al fracaso de nuestros jóvenes, que han resistido en sus manifestaciones más de lo que cualquiera hubiera profetizado. Pero al mismo tiempo este hecho levanta interrogantes nuevas sobre nuestra consistencia social.

Ciertamente no corren tiempos fáciles para los jóvenes. Hoy por hoy ser un “loser” es casi peor que algunos de los garabatos que conocí en mi juventud. Me explico, se les enseña a ser exitosos, a luchar por lo que quieren, a competir, a ser esforzados y a acopiar. Pero no se les enseña qué hacer cuando los anhelos sealejan cada vez más, cuando la porfiada realidad se resiste a la modificación, cuando nuestra débil naturaleza no aguanta, cuando las desilusiones en las relaciones personales angustian. De esta observación se suele sacar la síntesisde que no se les prepara para encontrarse con la dimensión perdedora de la vida que, después de todo, siempre termina por aparecer y que encierra en sí toda una escuela de humanidad.

Sin embargo tampoco saben ganar. ¿Quién es el famoso “winner”? El que se cuela en la fila, el que “aprovecha” la oportunidad más allá de lo que aquello pueda significar para el prójimo. Es más, la vanidad, avaricia y soberbia son la quintaesencia de lo que llamamos triunfo, a todo nivel. Pero, para más lágrimas, la cultura que nos acoge no señala que nunca nos debemos dar por satisfechoscon una victoria; el hombre de hoy no sabe disfrutar ni gozar lo atesorado.

La presente oportunidad, llámese crisis estudiantil, ofrece miles de aristas. No me referiré aquí a lo esencial, a saber, las reivindicaciones de justicia y calidad que sólo en parte han sido atendidas. No, sólo quiero llamar la atención sobre un aspecto, llamémoslo lateral, relativo a la duración de los eventos mencionados. Llevamos más de tres meses de paros, huelgas, marchas.

Podemos decir de todo excepto que nuestros jóvenes chilenos, o al menos los involucrados, sean indolentes ante la sociedad, perezosos o poco creativos. Si bien es cuestionable tensar el diálogo a tal punto, no deja de ser notable su participación masiva, la sintonía con las dificultades que ofrece el modelo de sociedad que construimos y que muchos sufren, y la capacidad de sostener unareflexión y una acción a pesar de no llegar a puerto sus demandas.En su resiliencia vemos que han sabido perder... ¿pero están sabiendo ganar?

Un ejemplo de esto es la despreocupación ante compañeros de estudios que ven complicada su situación económica y académica por las movilizaciones. ¿Quién es el verdadero ganador hoy? Puede parecer un poco exótica mi respuesta, pero creo que gana la sociedad por varias razones. En primer lugar porque comenzamos a atender a problemas que hasta hace poco nos eran invisibles. En segundo lugar porque esta es una escuela de política de la buena, a saber, responsabilidad individual por los problemas de todos. El cuerpo de la fragmentada política partidista, que en estos días se ha mostrado acalambrada y llena de artrosis, necesita de este trasplante de músculos que significan nuevas personas, miradas y horizontes. Gana la ciudad, la polis, cuando gana el “nosotros” y no el “yo”.

En tercer lugar porque tengo la esperanza de que el diálogo terminará por comenzar a reconstruir el vínculo social desde un nuevo paradigma. Nos daremos cuenta de que ser desarrollados no depende sólo de las cifras del PGB per cápita PPA, o de la soberbia y gastada mirada que hagamos sobre nuestro vecindario regional. Aquí es donde la Cultura de Alianza de la que los schoenstatianos nos sentimos portadores se debe hacer vida: generar vínculos nuevos, basados en el amor, el respeto y el diálogo.

Es una cultura que se vivencia en lo pequeño y en lo grande, cuando ayudamos un ciego a cruzar la calle y cuando nos ponemos la mano en el corazón y en el bolsillo para reconocer dolores, y construir un Chile franco y con perspectivas para todos. Esta es la enseñanza que desde hace muchos años, cada agosto, nos viene regalando nuestro querido, y hoy más oportuno que nunca, Alberto Hurtado.

P. Enrique José Grez López


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