Novena de Preparación al 31 de Mayo día 4

  DIA  CUARTO:  SABADO 25 DE MAYO    

| Juan Enrique Coeymans A. Juan Enrique Coeymans A.

 

Oración Inicial

 

Padre Dios, (espiritualmente) desde  nuestro Santuario, te pedimos que envíes tu Espíritu a nuestra alma. Ese es el regalo que no puedes  negarnos jamás.

Y en el Espíritu Santo, te bendecimos y alabamos, porque tu Hijo Jesús nos ha hecho hijos tuyos y, con él, coherederos del reino.

Como a  él, nos diste  a  María por Madre, para que nos educara  a fin  de ser,  algún día, rostro  e imagen de  Cristo para las demás personas.

Prepara  nuestro corazón durante estos días previos a la celebración del Tercer Hito de la historia de Schoenstatt, para renovar en lo profundo nuestra alianza   de Amor con María, con nuestro padre fundador y con todos nuestros hermanos de  Schoenstatt.

La Alianza nos impulse, en la fuerza de la misión del 31  de Mayo,  a  luchar en la vida  diaria con constancia, sencillez y filialidad, por una santidad cotidiana y silenciosa, y renueve en nuestro corazón el deseo de  acompañar  a nuestro fundador  en la tarea de  construir un mundo donde se ame, se piense y se viva orgánicamente.

Te lo pedimos con María, nuestra Madre, Reina y Educadora, en nombre de  Jesús que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Texto tomado de la Plática del 31  de  Mayo

Hace poco señalaba la gran tarea que tenemos como pequeña Familia. Sin embargo, el motivo que nos reúne hoy, en esta tarde, indica que el Padre Dios nos ha confiado una gran tarea para todo el mundo, especialmente para Europa, para el Occidente. ¿De qué tarea se trata?  Se trata de desenmascarar y sanar radicalmente el germen de la enfermedad que aqueja al alma occidental: el pensar mecanicista.

Meditación

En este trozo entramos al meollo de la misión del 31  de Mayo, planteada con sencillez y realismo.

Lo primero que sentimos  es el asombro  ante la inmensa dimensión cultural que nuestro padre atribuye a esta misión. Es una tarea  gigantesca, para siglos futuros.

La lucha contra el pensar mecanicista, que lleva  a una manera de amar mecanicista y, como consecuencia, a una manera de  vivir mecanicista, no es algo teórico sino  real en la vida de nuestros pueblos, en todas sus dimensiones.

Lo segundo que  sentimos es  la pequeñez personal: nos  preguntamos ¿cómo es posible que nos comprometamos con una tarea de esta envergadura cuando, si nos miramos, somos tan  pequeños  y limitados...?

Sin embargo,  el Señor pareciera  decirnos, por medio de las palabras de nuestro padre:

"No temas  pequeño rebaño, si yo sueño algo para ti, es porque estoy seguro que lo podrás realizar.

Las tareas gigantescas requieren fuerza divina. No les faltará mi gracia. Desde el Santuario, derramamos  cataratas de gracias como un inmenso y permanente diluvio de agua de vida nueva para  ustedes. En ella viene la fuerza para  realizar la misión. Ustedes olvidan fácilmente la  fuente de vida que les di a mis hijos de Schoenstatt.

Aliméntense del Pan de  vida y beban del Cáliz  de salvación, día a día. Entréguense como niños pequeños a mi Madre, como yo lo hice en mi vida  terrena, y sumerjan su corazón en la pequeña Capillita de  gracias, en el torbellino de amor  trinitario que allí se  derrama para todos los que acudan hasta allí con  sencillez y humildad.

Sin Santuario y sin capital de gracias que hacen posible esa fuente de agua viva, no hay misión del 31 de Mayo, ni victoria del organicismo en el mundo.

¡Hijitos míos, si de verdad  lo creyeran...!"

Oración final

Señor Jesús, misterio inmenso es el que cosas grandiosas dependan de cosas pequeñas, pero así ha sido siempre en la historia de la salvación: del sí de una  joven de  15 años dependió el misterio más insondable que es  la Encarnación del Verbo de Dios y la salvación del mundo.

Así también, la tarea titánica de la misión  del 31  de Mayo, va a depender  de nuestra vida diaria, de nuestra entrega  día  a día,  de nuestra santidad silenciosa.

Te pedimos la gracia, Señor,  de llenar nuestro corazón de anhelos para ser discípulos tuyos  a la manera de la  sierva de Dios Gertrud Von Bouillon, llena  de amor y de fuerza  fundadora.

Haz que no muera en nosotros el fuego del 31  de Mayo; que construyamos con perseverancia un mundo orgánico en nuestra vida personal, en nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestras empresas, universidades, colegios y talleres, en nuestra sociedad, en todas partes. Que ese fuego se  alimente día  a día  con nuestra fidelidad silenciosa al capital de gracias, con nuestra  frecuencia de los sacramentos, y nuestro amor y servicio cotidianos   a los que nos rodean.

Amén.

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