¿Qué significa ser madre hoy?

Ya se acerca el día de la madre, que demás esta decirlo, cuando yo era chica no existía, no creo que la celebración tenga mas de treinta años. .. a lo mejor me equivoco. Sin embargo hoy no podemos eludirlo pues los medios informativos y el comercio se encargan de recordárnoslo. Y bien, aprovechemos de reflexionar sobre la maternidad.El género humano fue creado en dos versiones: hombre y mujer. Identidad y modalidad diferentes pero iguales en dignidad y valor.

Nuestra Identidad y modo de ser femenino determinan una manera de ser y de estar en el mundo aportando lo genuino de nuestra condición, esto es capacidad de acoger, proteger, dar vida, expresar infinitos matices de sentimientos con soltura, conectarse con la vida, producir estrógenos y progesterona que determinan la feminidad que nos posibilita ser madres.

La capacidad de intuir, concretar, vincular, ser "multi- canal" ser más receptiva, acoger y servir la vida ajena y establecer relaciones mas íntimas y personales , no significa que la maternidad nos signifique un estado fácil y eficiente de cumplir.

La sociedad nos exige excelencia, eficiencia, perfección en todos los roles que asumimos, y lamentablemente somos como todos, seres imperfectos, con luces y sombras, con una historia personal, una genética, una personalidad, una forma de relacionarnos, una estructura de valores y creencias favorables o adversas que empapan todo nuestro quehacer maternal.

Entonces nos estresamos por cumplir a la perfección nuestro ser de mamá, sin equivocarnos... nos culpamos de ser malas madres, de no estar atentas en todas las necesidades de los hijos, de estar cansadas, de estar agobiadas, angustiadas, desoladas, superadas.

La buena noticia es que solo necesitamos ser esa mujer de identidad femenina que hay en nosotras, pues nuestros hijos solo necesitan ese acogimiento amoroso que innatamente sabemos dar, esa seguridad que otorgamos simplemente con un abrazo, una mirada, una palabra, esa protección frente a las amenazas del medio y frente a la adversidad donde nos convertimos en leonas, para que nuestros hijos se sientan amados, seguros y protegidos.

Somos mujeres, sanas, inteligentes, generosas, llenas de una fuente de vida inagotable que nos da nuestra esencia femenina y las gracias del sacramento del matrimonio, que, nos permite ser suficientemente buenas madres a pesar de todos nuestros errores, y los daños que involuntariamente hemos causado, porque el Señor instalado en medio de nuestro hogar baña con su gracia y cubre a nuestros hijos penetrando con su amor a nuestros hijos hechos a su imagen y semejanza gracias al Don que hemos recibido de Dios: La maternidad.