Recordando el 15 de Septiembre de 1968

Este 15 de Septiembre,se cumplieron, 45 años de la partida hacia la Casa del Padre, del Siervo de Dios José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt.

| Juan Enrique Coeymans Juan Enrique Coeymans

Este 15 de Septiembre, se cumplieron, 45 años de la partida hacia la Casa del Padre, del Siervo de Dios José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt. Lo hizo luego de celebrar su primera Misa, temprano en la mañana de un Domingo 15 de Septiembre en la Iglesia de la Santísima Trinidad en el Monte Schoenstatt. Semanas antes, cuando se consagró la Iglesia, celebración a la que no pudo asistir según... dicen por razones médicas, les dijo a sus cercanos: con esta Iglesia se llega a la culminación de la Obra fundada. Todo comenzó con la Capillita de la Virgen en el valle, y termina con esta Iglesia en honor de la Stma Trinidad arriba del Monte.

Simbólicamente, su muerte ocurre la primera vez que celebra la Eucaristía en esa Iglesia que simbolizaba la plenitud de la Obra por él fundada. En la sacristía de ese entonces que es donde muere, se erigió su tumba. Pura piedra y solo una frase elegida por él: "Dilexit Ecclesiam" (amó a la Iglesia).

Esa frase dicha por él, que había sido injusta y duramente castigado por la Jerarquía de la Iglesia durante 14 años de exilio en Milwakee, USA, fue escrita con sangre, y con una confianza absoluta en el poder de Dios y el amor fiel de María. La amó aunque lo castigaran, la amó aunque no lo comprendieran, la amó aunque lo trataron muy injustamente ( nunca le dijeron por qué lo habían castigado). Eso es amor, eso es perdón, eso es tomarse en serio el Evangelio y las Bienaventuranzas.

Hoy lo recuerdo con la nostalgia de nunca haberlo visto ni hablado personalmente con él, aunque le escribí, y me mandó autografiada una foto suya que le envié vía el padre Rafael Fernández mi director espiritual. En esa dedicatoria está su herencia personal para mí:

Nichts von Ungefähr : Nada por casualidad.

Vom Gottes Güte kommt Alles her: De la bondad de Dios viene todo.

Denen die Gott lieben, geschehen alle Dinge zum Besten: Porque para los que aman a Dios, todo sucede para mejor.

Una herencia de que Dios es un Dios vivo, que al final, a pesar de todas las oscuridades, todo lo torna luz, alegría y libertad. Una herencia que el amor a María, como a todo lo creado y todo lo humano, es camino a Dios y no lejanía de Dios. Es encuentro con El, y no alejamiento de Dios, es concentrarse en lo central que es el amor y no descentrarse.

Cuando lo canonicen, José Kentenich será el santo del Dios de la vida, del Dios vivo y presente, del Dios paternal y misericordioso, del Dios que nos ama a través de las personas que nos rodean, y al cual lo amamos en ellas. Ese día, como decía la Mistral, me daré vueltas en mi tumba para aplaudirlo.

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