SI NO HUBIERA NAVIDAD, ¡HABRÍA QUE INVENTARLA!

Navidad coloca nuevamente al centro muchos de nuestros grandes tesoros: el regalo de la vida, la generosidad del amor familiar, el valor de tener hogar, la riqueza de la buena amistad... Su gran símbolo es el sencillo pesebre, donde se acoge en familia al "Dios con nosotros".

¡Cuánto afán por buscar un buen regalo para los que se quieren!
¡Cuánto trabajo para celebrar con una buena cena familiar!
¡Qué maravilla y privilegio tenemos como sacerdotes de poder bendecir embarazadas, muchas veces tomada de las manos de sus familias!; en fin miles de oportunidades, donde vuelve a estar al centro, lo que realmente es lo más importante y fundamental: vida, personas, cariño, amistades, lazos, vínculos...; la persona, su valor y dignidad vuelve a reconquistar el centro de nuestros afanes..., y todo lo demás se ordena o palidece en importancia en torno a ello.

Por eso, "si no hubiera navidad, ¡habría que inventarla!"

Navidad acentúa el compartir más que el atesorar.

Es tiempo del regalo, que es una forma de decir: ¡Cómo tú me has regalado mucho, quiero que este "presente", este "engañito", sea una forma de compartir mi agradecimiento!

Siempre me impresiona ver la enorme cantidad de iniciativas generosas que surgen; tales como: "Cajas de Navidad", Navidad en la calle, "Una Navidad Diferente", "Regalos con Sentido"...; además de muchas otras formas de generosidad sencillas y espontáneas para celebrar navidad con otros.

¡Es muy difícil celebrar Navidad sólo pensando en uno y sólo con el círculo más cercano!

El Papa Francisco lo expresa bellamente en la esta meditación: "María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura" (Evangelii Gaudium # 286). La ternura de Ella hizo que esa cueva hedionda se transformara en hogar. Eso significa "dar es más que regalar".

Por eso, porque se vuelve a despertar el sentido solidario y la generosidad, si no hubiera navidad, ¡habría que inventarla!

Más allá de nuestras creencias al contemplar el Pesebre uno se pregunta:
· ¿Qué significa que Dios haya venido a mundo?
· ¿Qué significa, para muchos, el hecho que se llame Jesús y que haya nacido en la miseria de Belén?

Sin duda es un tiempo para mirar distinto en torno a nosotros; para mirar, admirar y dejarnos sorprender por lo grande, lo noble, lo "de Dios" que hay en cada uno de nosotros....El niño en el pesebre no asusta a nadie, no manifiesta ni poder ni ambición y despierta en nosotros el anhelo de acercarse, cuidar y proteger. No es fácil pasar de largo, sin que se quede uno mirando algo, pensando algo...Navidad conmueve y nos acerca a mirar el sentido de nuestra vida, con mayor profundidad. Por eso, si no hubiera Navidad, ¡habría que inventarla!

Es por esto, y por mucho más, que cada uno de ustedes podría pensar, sentir o escribir: si no hubiera Navidad, ¡habría que inventarla!

Que el Señor Jesús los bendiga y la Virgen María los acompañe en este tiempo.