Tercer Encuentro Social

El día sábado 28 de diciembre en Bellavista, en la Casa de Peregrinos, se realizó el Tercer Encuentro Social del año 2013 (Francisco: Lucero del Alba ó Estrella Fugaz) culminando un conjunto de eventos que se desarrollaron durante los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre, siguiendo una línea permanente de testimonio, debate y compromiso con los desafíos de nuestro tiempo. Una línea de reflexión y acción marcada por la urgencia de una respuesta auténticamente evangélica a las interpelaciones de Dios en la Historia cotidiana de nuestra América Latina, nuestro país y nuestra comunidad

.El último Encuentro de 2013 reunió a un conjunto de 12 personas y estuvo orientado a abrir el primero de muchos debates y reflexiones (y acciones) que se desarrollarán durante el año 2014, sobre el mensaje y los llamados a la reforma del Papa Francisco.

Un Francisco que al igual que sus patrono San Francisco, ha estado "armando líos" desde su elección, sorprendiendo con la radicalidad de su mensaje evangélico, con la profundidad de una nueva simbología asociada a la humildad que se espera de un vicario de Cristo, con una exquisita sensibilidad por la condición humana y sus miserias, y una misericordia sin límites ni pudor con los marginados y excluidos de nuestro tiempo y de nuestras sociedades post modernas.

Francisco está re-lanzando el mensaje esperanzador y liberador de Cristo, con el simple expediente de volver a la fuente esencial de la fe cristiana y proponer el camino de la consecuencia radical, misericordiosa pero sin excusas con el Cristo de los Evangelios. Nada mas y nada menos: ¡Que fácil y que complejo a la vez!.

Francisco está tratando de conducir la fuerza transformadora del mensaje de Cristo desde la propia lógica del amor del Evangelio, tan elemental como obvia... pero decisiva. Y su condición de jesuita y de argentino, le dan una especial impronta de cercanía, urgencia y realismo a su llamado.

De pronto los zapatos rojos, los aposentos del vicario de Cristo con decenas de habitaciones, las cruces pectorales de oro y diamantes tan preciosos y tan pesados, los lujosísimos Mercedes Benz para moverse entre la gente... ya no son más necesarios para llegar al pueblo creyente. Quizás nunca lo fueron. Más bien sirvieron para alejarlo, y por tanto, fuera con ellos.

De pronto, los logros rampantes y la lógica del capitalismo extremo liberal deben ser mirados con ojos distintos, porque lo que importante a fin de cuentas no es el crecimiento del PIB promedio per-cápita, sino las consecuencias reales sobre los hombres y mujeres de carne y hueso, particularmente los pobres, los excluidos y los marginados. Después de todo, la "opción preferencial por los pobres" no es una invención de la teología de la liberación, sino un mandato con raíces definitivas en el mismísimo Evangelio, y recogido –aunque no pocas veces olvidado, ignorado, ninguneado o traducido- por la Iglesia en el Vaticano II, en Medellín, en Aparecida y en tantas otras ocasiones.

De pronto, la Iglesia misma nos está siendo consecuente con su ineludible misión de ser madre para todos los hijos de Dios sin marginaciones de tipo alguno, y en cambio, a veces parece más preocupada de establecer barreras de entrada a la Casa del Padre, que nunca tuvieron demasiado sustento evangélico ni justificación moral, pero en pleno siglo XXI resultan francamente inentendibles. La actitud de hecho frente a temas como las minorías sexuales, los divorciados y separados, la anticoncepción –entre otros- no es más aceptable para el mundo de hoy y debe revisarse profundamente, a la luz del Evangelio.

En el Reino de la exclusión y del apartheid económico, social cultural y religioso, con el que nos hemos acostumbrado a vivir en Chile y en Latinoamérica, las palabras y el ejemplo de un Francisco directo y esencial, para muchos puede resultar incomodo y molesto. Pero sus interpolaciones obligan a re-leer el Evangelio y re-entender su lógica y re-asumir la alegría del mensaje de liberación del Cristo de los Evangelios.

(Ver PPoint adjunto: La Irrupción de Francisco)

2. Debatiendo el Mensaje y el Ejemplo de Francisco

El encuentro utilizó algunas técnicas de dinámica de grupo para ordenar el debate en torno al mensaje y el ejemplo del Papa Francisco. Se partió con una mención abierta respecto las mayores impresiones que causaba el mensaje sobre los participantes del Evento, lo cual debía manifestarse en la forma de adjetivos mejor representaban dichas impresiones. Términos como "renovador", "cercano", "revolucionario", "humilde", ordenaron la primera discusión que en general estuvo signada por la sorpresa que ha producido la irrupción de este nuevo Papa argentino y jesuita

En una segunda instancia se inicio el debate en torno a un conjunto de 7 citas escogidas de la Exhortación apostólica "La Alegría del Evangelio" (se adjuntan las citas, elegidas con un criterio más bien preliminar y aleatorio). La lectura personal de las citas dio paso al debate ordenado según el atractivo para cada participante y se limitó (por falta de tiempo) a un extenso intercambio en torno a la cuarta cita ((49) Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Repito aquí para toda la Iglesia lo que muchas veces he dicho a los sacerdotes y laicos de Buenos Aires: prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos.) El debate fue rico, largo y profundo, concluyéndose en lo casi obvio: hay que continuar reflexionando detalladamente las palabras de Francisco, y el año 2014 estará dedicado fundamentalmente a ello.

Bellavista 28 de Diciembre de 2013