¿Aprendemos algo?

Todos los chilenos que conozco son muy patriotas, todos ellos están orgullosos de su país. Últimamente, parece que tienen motivos. En los últimos tiempos Chile está siendo protagonista a nivel internacional. Primero fueron las elecciones presidenciales que se celebraron y dieron lugar a una transición de poderes, en un contexto de normalidad democrática que, desgraciadamente, no es la regla en la región. Casi simultáneamente, el terremoto (o mejor dicho, la sucesión de terremotos) que pese a su intensidad no paralizó el país; y, finalmente la epopeya del rescate de los mineros, que tuvo al mundo entero pendiente de su suerte y que culminó con éxito con una mezcla de medios punteros, cualificación de los técnicos y voluntad política. Según declaró un directivo de la CNN era la primera vez que dedicaban tanto tiempo a una buena noticia. No está mal para un bicentenario...

| Pablo Crevillén (España) Pablo Crevillén (España)

Todos los chilenos que conozco son muy patriotas, todos ellos están orgullosos de su país. Últimamente, parece que tienen motivos. En los últimos tiempos Chile está siendo protagonista a nivel internacional. Primero fueron las elecciones presidenciales que se celebraron y dieron lugar a una transición de poderes, en un contexto de normalidad democrática que, desgraciadamente, no es la regla en la región. Casi simultáneamente, el terremoto (o mejor dicho, la sucesión de terremotos) que pese a su intensidad no paralizó el país; y, finalmente la epopeya del rescate de los mineros, que tuvo al mundo entero pendiente de su suerte y que culminó con éxito con una mezcla de medios punteros, cualificación de los técnicos y voluntad política. Según declaró un directivo de la CNN era la primera vez que dedicaban tanto tiempo a una buena noticia. No está mal para un bicentenario.

Poco de original se puede decir sobre lo vivido, así que me centraré en las secuelas. Espero sinceramente que la voracidad de los medios de comunicación no acabe convirtiendo a los mineros en juguetes rotos. Por desgracia, esto ha ocurrido cuando personas anónimas se han visto por alguna circunstancia en el centro de los focos, haciéndoles perder el sentido de la realidad, mediando incluso ofertas económicas para que desvelen aspectos de su vida privada.

Por otra parte, si como dicen los mineros las condiciones de su trabajo no eran seguras, debería hacerse algo en ese sentido y que la historia no quede simplemente en la mera producción de una película hollywoodiense. Aunque he repetido esto alguna vez, todo lo que tiene que ver con los sentimientos es lo que mueve al mundo actual. Es cierto que pocas historias como la de los mineros pueden despertar tal grado de emoción. Pero, desgraciadamente, los sentimientos hoy están y mañana o pasado mañana, no. Cuando el público se empiece a aburrir, una vez exprimida la historia, cabe el riesgo de que todo se olvide. Y debería hacerse una evaluación racional de lo sucedido; me preocupa que en el mundo actual no aprendamos de lo que ocurre.

Recuerdo cuando la primera guerra del Golfo consiguió sus objetivos, se dijo que una vez liberado Kuwait era necesario un Nuevo Orden Internacional que contemplase la democratización de los países islámicos de la zona y alcanzar una solución para el conflicto palestino-israelí. Cualquiera sabe que todo ello quedó en buenas palabras.

Con la crisis económica pasa algo parecido. Todos los ciudadanos hemos interiorizado un sentimiento de culpa y responsabilidad por lo sucedido. Es cierto que muchas familias entraron en una espiral de consumo por encima de sus posibilidades acudiendo al crédito bancario. Pero hay que recordar que eso fue posible debido a que las entidades de crédito dieron esos créditos alegremente. Y que la crisis comenzó porque unos bancos en Estados Unidos dieron créditos a personas que no podían pagarlos, titulizaron esos créditos y los vendieron por todo el mundo. Ninguna consecuencia se ha derivado para estas entidades, sino que han recibido enormes cantidades de dinero público (de los ciudadanos) para salvarse, sin que se haya tratado de revisar el régimen de las inversiones puramente especulativas. Mientras que esos ciudadanos pierden su trabajo, ven reducido su sueldo o rebajadas sus pensiones. Tengo la sensación de que se está perdiendo una buena oportunidad para revisar los principios que rigen el sistema económico.

Espero que los chilenos sepan manejar este período post-rescate con el mismo buen hacer que demostraron durante las operaciones de salvamento y puedan decir que saben leer las voces del tiempo.

Comentarios
Los comentarios de esta noticia se encuentran cerrados desde el a las hrs